Transparencia total. Es
la apuesta de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y no tiene marcha atrás
Es
tal el convencimiento que su Oficina de Transparencia está dispuesta a poner en
conocimiento de las autoridades civiles aquellas situaciones graves que se
deriven de las cuentas de las entidades obligadas a rendírselas, siempre y
cuando no se subsanen, y sin menoscabo de las actuaciones que deriven de la
normativa canónica.
Así
se recoge en el Reglamento de Rendición de Cuentas para las Entidades Inscritas
en el Registro de Entidades Religiosas de Ámbito Nacional, aprobado por la
Asamblea Plenaria de la CEE el pasado mes de noviembre.
El
documento establece que todas las entidades aprobadas por la CEE estarán
sujetas a los mecanismos de vigilancia, control de cuentas y supervisión
conforme al reglamento y que la encargada de ello es la Oficina de
Transparencia y Rendición de Cuentas del episcopado.
Por
norma general, cada entidad deberá remitir a la CEE las cuentas de cada
ejercicio económico y podrán ser requeridas para ampliar la información o
aclaraciones.
Cuando
se reciban y analicen los datos, la Oficina de Transparencia emitirá un
documento en el que conste dicha rendición, procediendo al registro y archivo.
Y si lo estima oportuno, podrá realizar una serie de recomendaciones sobre las
cuentas presentadas.
Además,
el reglamento analiza de forma particular los casos de las asociaciones
públicas de fieles, las fundaciones canónicas erigidas por la CEE y las
asociaciones privadas.
Precisamente
en el marco de la transparencia y la rendición de cuentas se enmarca la
presentación este jueves, a cargo de la CEE, de la memoria justificativa anual
que se entrega a la Administración, una acción a la que se han unido la
creación de una Oficina de Transparencia, de un manual de inversiones
financieras, de un protocolo para prevenir el blanqueo de capitales o del
portal de transparencia, que se está replicando en todas las diócesis; y
también del citado reglamento o el acuerdo con Transparencia Internacional.
F.
O.
Fuente: Alfa y Omega