De
entre todas las cosas, existen muchos prejuicios, especialmente con grupos que
salen fuera de la gráfica y aún más especialmente contra la Iglesia. Platicando
con algunas personas me he dado cuenta que tienen una opinión y una visión muy
pero muy errónea de lo que es ser cristiano católico, por lo cual te
presentamos estos 5 puntos de lo que NO somos los católicos:
1 Los católicos somos
perfectos
A
pesar de lo que muchas personas creen, no, no somos perfectos ni nos
adjudicamos a nosotros mismos la perfección. Tenemos nuestros errores (algunos
de hace siglos, errores que nos repiten muchas veces de forma desmesurada y
dramática) pero sabemos que con Cristo podemos encaminarnos de nuevo. Y si aún
no me crees que no nos creemos perfectos, podrías buscar un poco del perdón que
pidió san Juan Pablo ll, especialmente por el caso Galileo. O puedes leer un
poco de eso AQUÍ, como tu gustes.
2 Los católicos somos
homo/trans/etc-fóbicos
Dios
desprecia el pecado, no al pecador. Así de sencillo, amig@. Existen personas
que por una educación o una mala interpretación de algo creen que pueden juzgar
o emitir algún tipo de opinión que dañe todo lo que el amor de Dios quiere
comunicar por medio de nosotros, y se les olvida inclusive lo que se dice en el
Catecismo de la Iglesia Católica. Vaya, yo mismo he conocido personas que no
son heterosexuales que sirven en su parroquia y llevan poco a poco su vida
hacia la santidad. OJO que esto no quiere decir que la Iglesia apoye la agenda
LGBT (y demás letras) actual, teniendo de hecho un ministerio especializado en
estos temas, llamado Courage.
3 Adoramos imágenes y
creemos que los santos son dioses
Te
lo repetiré una vez más: NO adoramos imágenes. Aunque conozco a una que otra
que quisiera tener una estatua de Thor o Loki tamaño real en su casa…pero aun
así, no creemos que una virgen esculpida tenga poderes mágicos ni sea como tal
la persona, no creemos que por tener un rosario o una imagen de un santo
colgado del retrovisor del carro ya no nos vaya a pasar nada en el camino ni
mucho menos, ni tampoco creemos que los santos tengan el poder de concedernos
algo y si eres de los que pensaban que sí, siento bajarte de la nube.
Utilizamos las imágenes para ayudar a exaltar el espíritu y la contemplación de
aquellos misterios que se escapan de nuestra condición. Al igual que en Juan 2,
5 se nos habla inclusive como la Madre de Dios dice “hagan todo lo que Él les
diga”, siendo solamente ella la mensajera entre el necesitado y aquel que media
con Dios mismo.
4 Los católicos somos
misóginos
Muchas
personas, especialmente las mujeres que viven con la tercera oleada del
feminismo, piensan que la Iglesia es el estandarte más grande del patriarcado,
del machismo arraigado en la sociedad, la culpable de subyugar a la mujer y de
considerarla un objeto. Todo lo contrario. Podemos encontrar como Jesús mismo
le devuelve la dignidad con un gesto enorme a la mujer adúltera (Jn 8), siendo
considerado sino uno de los primeros, el primero en hablar de dignidad en la
mujer, alejándola de la visión de no-humano que le tenían. Y no olvidemos el
papel que tiene en la sociedad actual la mujer, llevando cada vez más la batuta
en todos los aspectos de la vida, teniendo una de las mujeres más influyentes
que han podido existir como parte de sus filas (obviamente hablo de la Santa
Madre Teresa de Calcuta). Vaya, ¿no crees que Dios mismo le da un papel
favorecedor en la historia de la salvación queriendo inclusive pedirle permiso
(¡le pidió permiso a su creación!) por medio de un ángel de si quería ser su
madre?
5 Los católicos viven de
pura fe y olvidan la razón
No,
no hacemos la razón a un lado al ser creyentes. De hecho, los primeros
cristianos tomaron bases sólidas de los mayores pensadores de su tiempo (como
Pablo, en donde hace referencia en sus cartas inclusive a dioses paganos) y los
Padres de la Iglesia también (San Agustín habló ampliamente de la fe y la
razón, el Doctor Angélico de igual manera, san Jerónimo discutía con sus
teólogos contemporáneos, etc.) pasando inclusive por creyentes paganos como lo
eran Aristóteles y Platón. Ha habido muchos autores a lo largo de la historia
que han tachado de incongruentes la razón de nuestra fe, teniendo como base
muchas veces la imaginación sobre la razón misma (como William Blake) o por
creencia de que el hombre mismo era irracional (Nietzsche en su máximo
esplendor). La Razón y la Fe, como bien lo dice San Juan Pablo ll en su Fides et ratio, son
como dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación
de la verdad.