Fue atropellado por un conductor que circulaba a
exceso de velocidad y tuvieron que amputarle las dos piernas
Maximiliano tiene 33 años,
cinco hijos, y es recolector de residuos. Mientras realizaba su trabajo, el 22
de marzo de este año, fue atropellado por un conductor que circulaba a exceso
de velocidad. Por las heridas, debieron amputarle las dos piernas. En su honor,
se propuso en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires que el 22 de marzo
sea considerado el Día del Recolector de Residuos de la Ciudad. Y 400 de sus
compañeros acaban de homenajearlo por su testimonio de vida.
La
misma mañana en que iba a ser homenajeado, mientras se dirigía a la Legislatura
Porteña, Maximiliano recibió un llamado a su teléfono, desde un número privado. “¿Quién
habla”, interrogó? “El Papa Francisco”, escuchó. Uno de
los organizadores del reconocimiento, el legislador Gustavo Vera, había avisado
al Papa del homenaje. “Me emocionó, y me llegó la fuerza que tenés”, expresó el
Papa a Maximiliano, según relató éste, y lo instó a seguir adelante: “sos un
ejemplo”.
Según
relató en el acto, Maximiliano le preguntó al Papa si estaba en la Argentina.
“El Papa me dijo que no, que estaba en Roma, en Italia, y que no tenía que ir
yo, él iba a venir para acá para conocernos y charlar personalmente”, relató
feliz.
El
acto fue realizado en el marco de la presentación del proyecto de ley, y contó
con la presencia del sindicato de camioneros al que están afiliados los
recolectores. Para el mundo sindical, de hecho, el 22 de marzo ya fue instaurado
como día del Recolector en su honor y en el de quienes limpian la ciudad
mientras otros descansan o se recrean.
Como
es sabido, el Papa Francisco suele comunicarse telefónicamente cuando llegan a
sus manos testimonios de personas que sufren o necesitan consuelo. La práctica
ya la tenía de su tiempo en Buenos Aires como Arzobispo, cuando era más
sencillo hacerle llegar un mensaje en carta o por los correos electrónicos
institucionales del Arzobispado. Pero aún hoy, son muchísimas las historias de
personas que recibieron su llamado, o se han encontrado con mensajes en su
contestador con la voz del Papa. Muchas trascienden a los medios, otras solo a
los allegados. Todos guardan en su corazón una huella que será imborrable.
Esteban
Pittaro
Fuente: Aleteia