El Pontífice sorprende con sus palabras y abraza a
16 prófugos Rohingya tras encontrar a representantes del diálogo interreligioso
y ecuménico en su segundo día en Bangladesh
El papa Francisco pidió perdón a los
Rohingya, clamó contra la injusticia y la indiferencia del mundo. Tal vez,
conmovido por cómo son tratados los refugiados en el mundo y por la omisión de
la comunidad internacional ante una de las tragedias humanitarias más grandes
en la región del sudeste asiático en años.
“Pido perdón,
la presencia de Dios se llama Rohingya…cada hombre ha sido creado a imagen y
semejanza de Dios, también nuestros hermanos y hermanas”, dijo el papa
Francisco este viernes 1 de noviembre de 2017.
Lo hizo al
terminar su discurso en el contexto de un encuentro interreligioso y ecuménico
por la paz en el jardín de la sede de la Arquidiocesis de Dhaka, allí el
Sucesor de Pedro encontró a las familias rohinyá.
Sin papeles
en la mano y sacando de su corazón la palabra “Rohingya” que le habían pedido de
no pronunciar en Birmania y que ayer en Bangladesh, (país que acoge a estos
refugiados), tampoco había utilizado.
Sin embargo,
hoy el Papa no aguantó más al ver a los ojos de 16 prófugos Rohingya, entre
ellos niños y mujeres, miembros de tres familias desplazadas de Maynamar por
fuerzas del ejército birmano y acogidos en los campos prófugos de Cox’s Bazar
llegados hasta Daca, Bangladesh.
El Papa les manifestó su cercanía a nombre
de todos. “Es poco lo que podemos hacer porque la tragedia que les envuelve es
más dura y grande, pero les damos espacio en nuestro corazón”, argumentó.
“En nombre de
todos los que les han perseguido, que les han hecho mal, les pido perdón.
Muchos de ustedes me han hablado del gran corazón del Bangladesh que los ha
acogido”, agregó.
El Papa dijo
apelarse al corazón de los Rohingya para que nos “conceda el perdón que les
pedimos”.
“En la
tradición judeocristiana, Dios creó al hombre a su imagen y semejanza. Todos
nosotros somos esta imagen. También estos hermanos y hermanas son la imagen del
Dios viviente”, manifestó: “Una tradición de su religión dice que Dios ha
tomado agua y ha vertido sal en el alma de los hombres. Todos llevamos la sal
de Dios adentro. También estos hermanos y hermanas”.
“Hagamos
ver”, continuó, “al mundo lo que el egoísmo hace con la imagen de Dios. Sigamos
estando cerca de ellos para que se reconozcan sus derechos. No cerremos el
corazón, no miremos para otro lado. La presencia de Dios hoy también se llama
Rohingya. Cada uno tiene su respuesta”.
El Papa
llegaba ayer a Bangladesh para invocar la colaboración entre las religiones,
pues “el santísimo nombre de Dios no puede ser invocado jamás para justificar
el odio y la violencia”, dijo
Hoy reiteró
con su gesto el apelo hecho este miércoles a la comunidad internacional para
que solucione la crisis de los Rohingya y les conceda “inmediata asistencia
material” al millón de personas que han escapado del ejército birmano superando
la frontera con Bangladesh.
Durante el
encuentro de oración, cada uno de los representantes religiosos – hindú,
budista, musulmán y católico – leyó un mensaje de paz. Asimismo, estuvo
presente el gran muftí del Bangladesh, Malwana Farid Uddin Masud, que le
agradeció al Pontífice su “fuerte apoyo a los Rohingya”.
Ary Waldir Ramos Díaz
Fuente:
Aleteia