No es malo que sientas
vergüenza por tus pecados, pero no permitas que esto te bloquee
Antes
que todo, medita un pasaje del Evangelio sobre la pasión de Jesús y considera
que Él desea, por su misericordia infinita, aplicarte todas las gracias
que Él ganó para ti en la Cruz. Él desea perdonarte. Respóndele. La vida pasa
rápido y debemos preparamos para la eternidad.
No
temas. Dios te ama y estará contigo en la confesión. ¡Confía en Jesús! y
verás que paz y felicidad recibirás.
Aquí
tienes 2 consejos para asistir a la confesión cuando sientes vergüenza
1.- Busca un sacerdote que
no te conozca.
Si
lo deseas puedes ir a confesarte en un lugar donde el sacerdote no te conozca.
Las Iglesias deben tener horas de confesión donde se puede ir a confesar sin
que te vean la cara.
Como
sacerdote te puedo decir que, cuando alguien se confiesa de un gran pecado, lo
que siento es gran admiración por esa persona porque ha tenido el
valor de confesarse.
Los
sacerdotes sabemos que dar el paso a la confesión es una gracia y requiere
humildad.
Quien
se confiesa ha tenido el valor de reconocer su pecado y humillarse. Eso es
admirable.
2.- Examen de conciencia.
En
cuanto a recordar los pecados, haz un examen de conciencia con
humildad. Una lista de preguntas puede ayudarte con ese examen.
Si
sinceramente confiesas todo lo que recuerdas habiendo hecho el examen, la
confesión vale.
3.- Vencer la tentación de
aplazar la confesión.
Decídete
hoy pues mañana podría ser muy tarde. Haz un examen de conciencia, pon tu
mirada en Jesús que te ama y quiere perdonarte y da el paso adelante.
Si
hace mucho que no confiesas. No temas. Díselo al sacerdote y él te ayudará.
Padre
Jordi Rivero. Fuente: corazones.org.
Artículo
publicado por pildorasdefe.net
Fuente: Aleteia