“Las cadenas rayan en la magia o en la brujería, que atribuye a las cosas el poder que solo Dios tiene y que considera que hay fórmulas infalibles para obligar a Dios a hacer nuestros caprichos”
Desde
hace algunos años es común recibir a través de WhatsApp las conocidas “cadenas
de oración”, que exhortan a reenviar un mensaje a todos los contactos en un
cierto periodo de tiempo con el fin de recibir una bendición de Dios y evitar
“un castigo”.
Ante
este tipo de oraciones que circulan por Internet, ¿qué es lo que debe hacer un
católico?
El
sacerdote mexicano, P. Sergio Román, explicó cómo responder a estas cadenas en
un artículo publicado en el Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME).
¿Qué hacer?
“En primer lugar, lo que debemos hacer
es recordar que Dios no puso condiciones a la hora de invitar a sus discípulos
a orar, por lo que lo recomendable es borrar el texto, aunque quien nos lo
haya enviado sea nuestro mejor amigo. ¿Y no pasa nada? ¡Absolutamente nada! No
se preocupen”, indicó.
En segundo lugar, el presbítero sostuvo
que se puede “aprovechar este tipo de cadenas como un recordatorio para orar
por las muchas necesidades del mundo”, sin embargo, no se puede “dejar de
señalar que intrínsecamente son malas, y no deben hacerse ni seguirse,
porque presentan una imagen equivocada y supersticiosa de Dios”.
En tercer lugar, tener una legítima la
devoción a Jesús, a la Virgen y a los santos, porque “de esa manera estarían
haciendo una propaganda buena que serviría para instruir a otras personas y
para animarlas a compartir su devoción”.
Razones por las cuales
las cadenas NO son recomendables
1. Causan molestias
Si
bien que estas cadenas son hechas por “personas de buena fe que piensan que de
ese modo ayudarán a fomentar la devoción a algún santo”, el P. Román asegura
que “lo único que hacen es causar molestias a sus contactos, sobre todo a
aquellos que, por ignorancia, se dejan esclavizar por las cadenas”.
2. Fomentan
supersticiones
Fomentan
la superstición al hacer creer que las gracias divinas dependen de la
repetición sin sentido de una acción que no tiene ninguna importancia, sostiene
el presbítero.
3. Se asemejan a la
magia o brujería
“Las
cadenas rayan en la magia o en la brujería, que atribuye a las cosas el poder
que solo Dios tiene y que considera que hay fórmulas infalibles para obligar a
Dios a hacer nuestros caprichos”, concluyó el P. Román.
Fuente:
ACI