Desde la Asociación de
Profesionales por la Ética consideran como fundamental “garantizar el derecho
de los padres a que sus hijos reciban una formación que no atente contra sus
convicciones morales y religiosas
La
pasada semana, la ministra española de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad,
Dolors Montserrat, anunció que pretende que en cada colegio haya un profesor
que promueva medidas “contra el machismo” y “la violencia de género”.
En
Andalucía y Comunidad Valenciana ya existe esa figura del “coeducador”, pero
esta decisión pretende instalarlo en el resto de comunidades autónomas
españolas.
Este
docente se libraría de manera parcial de las horas de clase para dedicarse a la
difusión de iniciativas que “promovieran la igualdad”, como pueden ser la
celebración del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.
Según
precisa el diario La Gaceta, en el programa electoral que el Partido Popular
presentó en las elecciones de junio de 2016 se afirmaba que “garantizarían el
derecho que asiste a los padres a educar a sus hijos conforme a sus propias
convicciones religiosas y morales, tal y como establece la Constitución
Española” y que “los padres son los primeros responsables de la educación de
sus hijos”.
La
ministra también pretende incluir en las etapas de educación secundaria y
bachillerato contenidos sobre el movimiento feminista para “favorecer la
igualdad entre hombres y mujeres, la igualdad de trato, la no discriminación y
la prevención de la violencia de género”.
El
responsable del área educativa de Profesionales por la Ética, Miguel Gómez de
Agüero, dijo que “es necesario asegurar una exquisita neutralidad ideológica,
evitando el adoctrinamiento” en la escuela.
Además
desde la Asociación de Profesionales por la Ética también insistieron en que
los “padres y madres de familia, como primeros responsables de la educación de
sus hijos, deben estar en el centro del debate y asumir el correspondiente
protagonismo ante partidos políticos y otras instituciones”.
También
subrayan que el pacto educativo debe tener el fin de lograr “la mejora de la
calidad del aprendizaje”, y consideran como fundamental “garantizar el derecho
de los padres a que sus hijos reciban una formación que no atente contra sus
convicciones morales y religiosas”.
Desde
Profesionales por la Ética señalaron que una posible solución puede pasar por
un mayor control de la inspección educativa, pero “sin duda, lo más importante
es que los padres acompañen y supervisen el aprendizaje de sus hijos, denunciando
cualquier intromisión ideológica en la escuela”.
Fuente:
ACI Prensa