Homilía ayer en Casa Santa Marta
Ayunar con coherencia, no para que te vean,
despreciando a los demás o entre peleas y altercados. En la homilía de la Misa
en Santa Marta, Papa Francisco pone en guardia contra el ayuno incoherente,
exhortando a preguntarse cómo se comporta uno con los demás. Lo toma de la
primera lectura, del Libro del profeta Isaías (Is 58,1-9a), que pone en
evidencia cuál es el ayuno que el Señor quiere: “Abrir las prisiones injustas,
hacer saltar los cerrojos de los cepos, dejar libres a los oprimidos, romper
todos los cepos”.
No maquillar la virtud
El ayuno es uno de los deberes de la
Cuaresma, recuerda Francisco. “Si no puedes hacer un ayuno total, ese que hace
sentir el hambre hasta en los huesos”, “haz un ayuno humilde, pero verdadero”,
pide el Papa. Isaías pone de manifiesto las muchas incoherencias en la práctica
de la virtud: ocuparse de los propios asuntos, del dinero, mientras que el
ayuno es “un poco despojarse”; defraudar a los trabajadores mientras das
gracias al Señor por poder ayunar: “pobrecitos” – subraya Francisco – tienen
que ayunar porque no tienen para comer “y tu incluso les desprecias”. Hacer
penitencia en paz: “no puedes – advierte – por una parte hablar con Dios y por
la otra hablar con el diablo” porque es incoherente.
“No ayunen más como hacen ahora,
haciendo oír su ruido”, es decir, nosotros ayunamos, somos católicos,
somos practicantes; yo pertenezco a esa asociación, siempre ayunamos, hacemos
penitencia. Pero ¿ayunan con coherencia, o hacen penitencia de forma
incoherente, como dice el Señor, con ruido, para que todos lo vean, y digan:
“Qué buena persona, que buen hombre, que buena mujer …”. Esto es un maquillaje,
es maquillar la virtud.
La sonrisa
Hay que maquillarse, pero en serio, con la
sonrisa, para que no se deje ver que uno está haciendo penitencia. Ayuna “para
ayudar a los demás, pero siempre con la sonrisa”, exhorta. El ayuno consiste
también en humillarse y esto se hace pensando en los propios pecados y pidiendo
perdón al Señor. “Pero si este pecado que he hecho se supiera, ¡qué vergüenza!”
– “¡Eso es, avergüénzate!”, dice el Papa, invitando también a quitar las
cadenas injustas.
Pienso en tantas asistentas del hogar que
se ganan el pan con su trabajo: humilladas, despreciadas… Nunca pude olvidar
una vez de niño que fui a casa de un amigo. Vi a la mamá dar una bofetada a la
criada. 81 años … Nunca lo he olvidado. “No, Padre, yo nunca doy bofetadas” –
“Pero ¿cómo la tratas? ¿Cómo persona o como sierva? ¿Le pagas lo justo, le das
vacaciones, es una persona o es un animal que te ayuda en casa?”. Piensen sólo
esto. En nuestras casas, en nuestras instituciones, hay asistentas. ¿Cómo
me comporto con la criada que tengo en casa, con la señora de la limpieza que
tengo en casa?
El ayuno coherente: ¿cómo
tratas a los demás?
Otro ejemplo de su experiencia personal.
Hablando con un señor muy culto que explotaba a sus criadas, el Papa le dio a
entender que se trataba de un pecado grave, porque “son como nosotros, imagen
de Dios”, mientras que él decía que eran “gente inferior”.
El ayuno que
el Señor quiere – recuerda la Primera Lectura – consiste en el “compartir el
pan con el hambriento, abrir tu casa a los pobres sin techo, vestir al desnudo,
sin desentenderte de tus parientes”. “Hoy – observa Francisco – se discute si
damos techo o no a quienes vienen a pedirlo”. En conclusión, exhorta a “hacer
penitencia”, a “sentir un poco de hambre”, a “rezar más” durante la Cuaresma y
a preguntarse uno cómo se comporta con los demás.
¿Mi ayuno ayuda a los demás? Si no, es
fingido, es incoherente y te lleva a una doble vida. Finjo que soy cristiano,
que soy justo… como los fariseos, como los saduceos. Pero por dentro, no lo
soy. Pide humildemente la gracia de la coherencia. La coherencia. Si no puedo
hacer una cosa, no la hago. Pero no la hagas de forma incoherente. Haz sólo lo
que puedas hacer, pero con coherencia cristiana. Que el Señor nos de la gracia.
Vatican News
Fuente: Aleteia