Entrevista de Vatican
News al Cardenal Carlos Aguiar Retes, Arzobispo Primado de México, en Roma con
ocasión de la Plenaria de la CAL
El Papa Francisco junto al Cardenal Aguiar Retes, Primado de México, este 3 de marzo (Vatican Media) |
“Es fundamental reconocer no sólo la
indispensable participación de la mujer en los procesos eclesiales y sociales,
sino también destacar lo que significa la mujer para la transmisión de la fe y
los valores, la estabilidad y el desarrollo de una familia, que sea cuna de la
experiencia del amor para los seres unamos”: así responde Su Eminencia, el
Cardenal Carlos Aguiar Retes, Arzobispo Primado de México, al ser interpelado
por Vatican News sobre el rol de la mujer en la sociedad, en ocasión de su
participación en la Asamblea Plenaria de la Pontificia Comisión para América
Latina, que se llevó a cabo de en Roma del 6 al 9 de marzo, y en la cual fue
ponente en el tema: “La mujer en la solidaridad con los pobres y el cuidado de
la casa común”.
En América Latina el
machismo está enraizado
Al
preguntarle sobre el cómo ve la sociedad mexicana el rol de la mujer, el
purpurado aborda un argumento bien conocido en América Latina, que es el
machismo cultural, el cual, dice, “está tan enraizado en el estilo de vida de
la sociedad que a veces no nos damos cuenta que estamos provocando que esta
expresión de la cultura de la relación entre el varón y mujer en la sociedad,
continúe”. Y aunque si bien “está creciendo la conciencia de la dignidad
‘distinta’ en su forma de ser, pero ‘igual’ en condición humana, y al mismo
tiempo muy ‘complementaria’”, se trata de un trabajo cuyos resultados no se
verán “de un año a otro”, pero que se espera que “de una generación a la otra,
se noten los avances”.
Es prioritario
fortalecer el tejido social
Aprovechamos
también la oportunidad para preguntar al neo Arzobispo Primado de México -
en porcentaje, el país más católico del mundo - , cuáles son los temas
que más le preocupan a su Arquidiócesis:
“México
como otros países, con el proceso de industrialización vivió la migración del
interior hacia las grandes ciudades. En ese traspaso ocurrido a lo largo de un
siglo, del veinte por ciento que vivía en las grandes ciudades, se pasó al
ochenta, y del ochenta que vivía en el campo, solo quedó el veinte. Esto
significa que se perdió mucho la consistencia del tejido social, la identidad y
el sentido de pertenencia, tanto a nivel eclesial como social”.
De
ahí que el Arzobispo primado señale “la fortificación del tejido social” como
una de las prioridades de la Iglesia, dado que, en textuales palabras: “si no
tenemos un tejido social fuerte”, dice, “es muy difícil generar una sinergia”,
y por ese motivo “detonan tantos problemas, como la inseguridad o la desigualdad
social”, puesto que “si no hay sensibilidad por mi vecino, es difícil sustentar
una promoción social auténtica”.
Religiosos, diocesanos,
laicos: nos necesitamos unos a otros
Para
quien tiene ahora la responsabilidad del más importante templo mariano del
continente americano, la Basílica de Guadalupe, meta de peregrinación para
miles de fieles de América Latina, surge la pregunta: ¿qué le pide a los
presbíteros, religiosos, religiosas y fieles laicos?
“Tuve
la fortuna de poder tener a la semana la convocatoria, y una muy buena
respuesta del clero de la Arquidiócesis. La mayor parte del clero del México,
las dos terceras partes, son religiosos – explica- los demás diocesanos.
Lo primero que les dije, es que nos necesitamos unos a otros. Luego, que debemos
homologar procesos pastorales, que debemos tener una ruta clara. Y tercero, les
he pedido mucha confianza: debemos generar una sinergia de buscarnos,
encontrarnos, fraternizar y tener mucha confianza para exponer ante las
autoridades los problemas que se visualizan, de modo de poderlos afrontar”.
En
todo ello “los laicos son indispensables”, asegura el Cardenal Aguiar Retes,
puesto que “la tarea del presbiterio es imposible si no se hace con los
laicos”. “Tenemos que abrir espacios de participación para que quienes tienen
el gusto, el tiempo o la capacidad, participen como agentes de pastoral”,
afirma, y evidencia además la necesidad de trabajar con los laicos en sus
ambientes de vida, para que, sin necesidad de que estén incluidos en un
proyecto estrictamente pastoral, “puedan ejercer como pide el Concilio, su
vocación para la transformación de las estructuras temporales, que es su
vocación primaria, para que la sociedad logre ser expresión de los valores
cristianos”.
Migrantes: aún hay mucho
por hacer
El
corazón de la Iglesia mexicana late por los hijos que están fuera del país: la
diáspora que está en los EE.UU. Sobre esto el Cardenal Carlos Aguiar Retes
manifiesta que el ser migrante es una experiencia que ha tocado a todas las
familias mexicanas:
“La
presencia de mexicanos en EE.UU en significativa, es una fuerza”, explica. “El
segundo ingreso de México son las remesas, desde hace decenios”.
Algo
que se hace más evidente en Navidad, cuando quienes se han ido, regresan a
visitar a las familias en México. “Son vínculos que se mantienen, - dice-
y se viven estas experiencias a distancia: los que han salido adelante en el
exterior facilitan que las condiciones de vida de sus familias sean mejores”.
“La
migración la llevamos en el corazón y si en algo nos sentimos solidarios, no
sólo como Iglesia sino como sociedad, es en el trato a los migrantes que pasan
por México, sobre todo los que llegan de países vecinos Guatemala, Honduras y
El Salvador, que, aunque la iglesia hace un buen trabajo y en buena relación
con los gobierno y estatales, aún es insuficiente”.
Para
concluir subraya las bellas expresiones de solidaridad, que comienzan a ser
conocidas incluso a nivel internacional, realizadas por personas incluso de
clases muy populares o campesinas en favor de los migrantes que son “un
verdadero testimonio de esa solidaridad que es parte de la idiosincrasia
mexicana”.
Griselda
Mutual - Ciudad del Vaticano
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