El Papa Francisco ofreció
algunas recomendaciones a confesores, a los que animó sobre todo a ser
testimonio y a saber escuchar las inquietudes de los jóvenes
Al
recibir en el Vaticano a los participantes de un Curso sobre el Foro Interno,
reconoció que los confesores jóvenes pueden vivir el sacramento de la
Reconciliación “como jóvenes entre los jóvenes” gracias a la “cercanía en la
edad que favorece el diálogo también sacramental por una natural afinidad en el
lenguaje”.
El
Papa se dirigió a los jóvenes confesores y les habló de cómo ayudar cuando
todavía no tienen mucha experiencia. “Ante todo diría que es necesario siempre
redescubrir, como afirma Santo Tomás de Aquino, la dimensión instrumental de
nuestro ministerio”.
“El
sacerdote confesor no es la fuente de la misericordia: pero es cierto que es un
instrumento indispensable, pero solo instrumento” y “esta conciencia debe
favorecer una atenta vigilancia ante el riesgo de convertirse en dueños de las
conciencias”.
El
Papa también subrayó la capacidad de saber “escuchar las preguntas, antes de
ofrecer respuestas”. “Dar respuestas, sin estar preocupado de escuchar las
preguntas de los jóvenes” sería "una actitud equivocada”.
Por
tanto, el confesor “está llamado a ser un hombre de escucha: escucha humana del
penitente y escucha divina del Espíritu Santo”.
“Todo
joven debería poder escuchar la voz de Dios tanto en la propia conciencia como
a través de la escucha de la Palabra” y “en este camino es importante que sea
sostenido por el acompañamiento sabio de confesor que quizás podría convertirse
en padre espiritual”.
Sobre
el discernimiento vocacional indicó que “es ante todo una lectura de los
signos, que Dios mismo ha puesto en la vida del joven, a través de sus
cualidades e inclinaciones personales, a través de los encuentros hechos, y a
través de la oración”.
“La
vocación es la relación misma con Jesús: relación vital e imprescindible”,
destacó.
Francisco
también dijo que el confesor “está llamado a ser sobre todo un testimonio”.
“Testimonio en el sentido de ‘mártir’, llamado a compartir los pecados de los
hermanos, como el Señor Jesús; y después testimonio de la misericordia”.
Fuente:
ACI Prensa