El pasado 15 de marzo se cumplieron siete años desde que estalló la guerra civil en Siria,
que ha dejado un saldo de más de 511 mil muertos y más de seis
millones de desplazados
La
Hermana María Sponsa Iusti Ioseph
del
Instituto del Verbo Encarnado con ciudadanos sirios
Foto:
Hna. María Sponsa Iusti Ioseph
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El
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados reveló
en un informe que actualmente hay 13,1 millones de personas en
situación de necesidad en Siria de los cuales 5,3 millones son niños. Además,
más de 5 millones y medios de sirios han huido al extranjero.
Según
informó Cáritas italiana en
un reporte, cerca de tres millones de niños no van a la escuela por la
guerra.
El
Cardenal Mario Zenari, Nuncio Apostólico en Siria, expresó recientemente que
debido a la guerra en
ese país se vive “el infierno” en la tierra, “especialmente para niños
vulnerables”.
En
todo este tiempo la Iglesia ha luchado por mantener viva la fe de los
cristianos de ese país, que son perseguidos por los extremistas o que han sido
afectados por el conflicto, y por brindar ayuda material a todos aquellos que
sufren.
Además,
en repetidas ocasiones el Papa Francisco ha
hecho un llamado a la paz en Siria y ha pedido la protección de los
inocentes, especialmente de los niños.
También
en estos años se ha conocido el testimonio de religiosos que han acompañado a
la población y de misioneros extranjeros a quienes se les ofreció la
oportunidad de volver a sus países cuando estalló el conflicto, pero ellos
optaron por quedarse.
Una
de estos es el de la Hermana Guadalupe del Instituto del Verbo Encarnado (IVE).
Esta religiosa argentina llegó a Siria en el 2011, justo el año en que comenzó
la guerra, y a
inicios del 2017 tuvo que regresar a su país de origen. Actualmente recorre
varios lugares para dar testimonio de los sufrimientos y el valor de los
cristianos en el país asiático.
En
una entrevista concedida a ACI Prensa, dijo que los cristianos son “los
mártires de nuestros tiempos” y que “están dispuestos a dar su vida y a que les
corten la cabeza por testimoniar a Jesucristo”.
El
IVE tiene dos casas en Alepo, ciudad que fue liberada del control de los
terroristas en diciembre de 2016 y es una de las más castigadas por el
conflicto. En ambas alojan a decenas de estudiantes provenientes de diversas
partes del país. También han acogido a familias cuyas casas fueron destruidas
por los bombardeos.
En
Alepo los salesianos también tienen un oratorio donde atienden a unos 750
niños. Un sacerdote salesiano originario de esta ciudad, el
P. Pier Jabloyan, explicó a ACI Prensa que el objetivo es ayudar a los
pequeños en su educación y “generar un ambiente pacífico” para que conozcan a
Cristo.
“Esta
es la misión de los salesianos con la gente de Alepo. Somos tantos los
religiosos que decidimos quedarnos como los franciscanos, jesuitas, las
misioneras de la caridad y tantas congregaciones que están empeñadas en socorrer
al máximo posible de gente que sin ayuda no pueden vivir”, expresó el P.
Jabloyan.
Otro
sacerdote salesiano que decidió quedarse en Siria es el P. Alejandro León,
originario de Venezuela. El
presbítero contó a ACI Prensa que se dedica a trabajar con jóvenes. Los
ayuda a formarse para que puedan ayudar a reconstruir su país.
Otra
religiosa que ha obrado a favor de los cristianos es la Madre Agnes,
originaria de el Líbano. Luego de que estalló la guerra, esta religiosa de 66
años ha salvado de la destrucción el patrimonio cultural de los cristianos.
Extrajo los iconos, manuscritos y lienzos del monasterio de Santiago el
Mutilado, ubicado 60 kilómetros al norte de Damasco.
Esta
religiosa también ha sido intermediaria para la liberación de los cristianos
secuestrados. En 2014 negoció por teléfono con el líder máximo de Al Qaeda en
la zona fronteriza con el Líbano la liberación de nueve monjas greco-ortodoxas
secuestradas.
Durante
el año 2017, se ha conocido la labor de organizaciones humanitarias como SOS
Chrétiens d´Orient y de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada
(ACN) que han colaborado en la reconstrucción de iglesias destruidas durante
los enfrentamientos o ataques terroristas.
Algunos
de los templos son la Catedral
católica greco-melquita de Nuestra Señora de la Paz en la ciudad de Homs y
la iglesia
greco-ortodoxa de San Elíasen Maalula.
En
la ciudad de Alepo, los franciscanos la Custodia de Tierra Santa, que
administran la Iglesia latina de San Francisco de Asís, han asistido a las
decenas de familias que
han regresado a la ciudad del extranjero y a varias parejas
de novios que decidieron casarse.
El
P. Ibrahim Alsabagh, párroco de la iglesia de San Francisco de Asís, explicó a
ACI Prensa que la crisis económica en el país es tan grave que “aunque los dos
padres de familia trabajen, resulta imposible salir adelante sin la ayuda
de la Iglesia. Los necesitados son muchos y nosotros nos confiamos a la
providencia divina”.
Otro
de los proyectos de los franciscanos es la reconstrucción de las casas
destruidas de los cristianos durante los bombardeos y ayudar a pagar las
hipotecas de las familias empobrecidas. Desde el 2016 han reconstruido más
de 470 viviendas.
También entre
junio y julio organizaron talleres recreativos para 860 niños y
actualmente desarrollan una iniciativa educativa en beneficio de
los 150 pequeños más afectados por la guerra.
En
marzo de 2017, la subdirectora de la Sala de Prensa de la Santa Sede, Paloma
García Ovejero, informó que el
Papa Francisco ha enviado 100 mil euros para ayudar a los pobres de Alepo en
Siria.
En
Siria también se
desarrolla el proyecto "Hospitales abiertos" ideado por la
organización AVSI en 2016 en asociación con la Fundación Gemelli y el
Pontificio Consejo Cor Unum. El objetivo es brindar atención médica a las
personas que viven en la pobreza y apoya las actividades de cuatro hospitales
sin fines de lucro en el país.
Por
su parte, este año ACN donó
zapatos nuevos a 450 ancianos pobres que residen en Alepo, ya que estos no
podían adquirirlos debido a la inflación. La hermana Annie Demerjian, que
participó en el proyecto, indicó que estas personas “dependen de Dios y de la
ayuda de emergencia que se les entregue. Sus hijos huyeron de la ciudad o
permanecieron en ella, pero son tan pobres que no pueden ayudarlos”.
Además,
Cáritas italiana destacó
en un informe que durante la guerra en Siria las organizaciones
eclesiásticas, las congregaciones y las diócesis han desplegado unos 5 mil
voluntarios para repartir ayuda humanitaria.
Cronología del conflicto
La
guerra civil siria comenzó el 15 de marzo de 2011 con protestas contra el
gobierno de Bashar al Asad. Estas cobraron fuerza en la localidad de Deraa, en
el sur de Damasco, luego de que arrestaran y torturaran a estudiantes
sospechosos de haber escrito frases contra el gobierno en las paredes de la
ciudad.
En
julio de ese año un coronel sirio que estaba refugiado en Turquía creó el
Ejército Sirio Libre (ESL) y se sumaron a la rebelión grupos islamistas.
En
el 2012 ciudades como Homs y Hama fueron escenario de enfrentamientos
sangrientos entre los rebeldes y el régimen. El ESL atacó Damasco, pero fue
reprimido por el gobierno. Sin embargo, conquistó algunas zonas de la
periferia.
La
guerra se intensificó en el 2013 cuando el ejército sirio comenzó a utilizar
armas químicas para atacar los sectores controlados por los rebeldes. En el
norte del país el Frente Al Nusra, que cambió su nombre a Fateh Cham, cobró
fuerza.
En
2014 el Estado Islámico invadió el noreste de Siria y convirtió a la ciudad de
Raqqa en su bastión.
En
septiembre de 2014, una coalición internacional liderada por Estados Unidos
comenzó a bombardear las zonas ocupadas por los yihadistas. En 2015, Rusia
también empezó a ejecutar ataques contra los terroristas. A raíz de esta
intervención el gobierno pudo recuperar algunas zonas controladas por los
rebeldes.
En
diciembre de 2016, tras un año de intensos combates y bombardeos, el ejército
sirio liberó la ciudad de Alepo, la segunda más importante después de la
capital Damasco.
En
octubre de 2017 las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), conformadas por árabes y
kurdos del país, y la coalición internacional liderada por Estados
Unidos, liberaron
la ciudad siria de Raqqa del control de los terroristas del Estado
Islámico (ISIS) tras cuatro meses de combates.
En
enero de 2018 los terroristas lanzaron cohetes y proyectiles de mortero contra
los barrios de la llamada “Ciudad Vieja” de Damasco, donde
se encuentran varias iglesias y las sedes de los patriarcados.
El
pasado mes de febrero las fuerzas sirias en conjunto con Rusia lanzaron varios
ataques aéreos y de artillería en Easter Ghouta, un área controlado por los
terroristas al noreste de Damasco.
POR
MARÍA XIMENA RONDÓN
Fuente:
ACI