Durante la conversación,
los niños hablaron con el Santo Padre sobre la escuela, sus juegos o los
barrios en los que viven. Además, le reglaron al pontífice regalos hechos por
ellos mismos
El Papa con los niños del "Tren de los niños". Foto: Marina Testino / ACI Prensa |
Con
gorra roja de la compañía Ferroviara del Estado Italiano, Trenitalia, 500 niños
participantes de la iniciativa el “Tren de los niños” se reunieron con el Papa
Francisco e intercambiaron preguntas y respuestas durante una audiencia en el Aula
Pablo VI del Vaticano este sábado 9 de junio.
Una
de las niñas, Anna Greta, le preguntó si se acordaba de sus maestros. Francisco
respondió que claro que se acordaba. “Mi maestra se llamaba Stella, era una
maestra que tuve en el primer año y en el tercero, la misma maestra. En segundo
y en cuarto tuve otra. Era muy buena maestra, nos enseñaba a escribir y a leer,
muy buena”.
“Luego,
cuando dejé la escuela, la he recordado siempre, porque acordarse de la primera
maestra o del primer maestro es muy importante porque es el que primero te hace
andar por la vida. Yo la llamaba por teléfono, tanto de pequeño como ya de
sacerdote. Y luego, ya como Obispo, la ayudé en su enfermedad. Murió con 94
años. Aquel recuerdo no lo olvidaré nunca”.
El
Papa les animó a acordarse siempre de sus primero maestros: “No os olvidéis
nunca de vuestros primeros maestros, no os olvidéis nunca de la escuela porque
son las raíces de vuestra cultura. La escuela, la maestra, siempre os ayudará a
mantener las raíces”.
Otra
niña, Clara, le preguntó al Pontífice cómo era su barrio en el que vivía de
pequeño. “¡Yo vivía en la ciudad más bella del mundo!: Buenos Aires, en el
barrio de Flores, que es uno de los más viejos de la ciudad”, respondió el
Papa.
“Es
un barrio popular, no había edificios altos, todas las casas eran bajas. En
aquel tiempo había muy pocos edificios altos. A 30 metros de casa había una
plaza bellísima donde jugábamos al fútbol”.
Por
último, Eiman le preguntó cuáles eran sus juegos favoritos de niño. Francisco
contestó que “jugábamos mucho con las cometas y hacíamos un campeonato que
ganaba el que fuera capaz de volar más alto la cometa. También nos gustaba
mucho el fútbol. En carnavales nos disfrazábamos. Cada uno se disfrazaba como
quería e íbamos por la calle cantando y llamando a las casas para pedir algo
con los que comprar chocolates”.
Finalmente,
antes de despedirse de los niños, el Santo Padre agradeció algunos reglaos que
le hicieron los niños: “Gracias por las preguntas y por los regalos que habéis
hecho vosotros. Es algo maravilloso porque no habéis ido a comprar algo para
traer, sino que lo habéis hecho vosotros”.
“Esto
es importante porque lo habéis hecho con inteligencia, con las manos, pero
también con el corazón. Cuando algo se hace con las tres cosas, con
inteligencia, con el corazón y con las manos, es algo profundo y humano”.
El
Tren de los Niños, un tren de alta velocidad de Trenitalia, llegó al Vaticano a
las 11,00, hora de Roma, con los 500 niños procedentes de cuatro escuelas de
barrios periféricos de Milán y Roma.
Se
trata de una iniciativa promovida por el Pontificio Consejo de la Cultura junto
con Trenitalia que en esta sexta edición ha llevado hasta el Vaticano a niños
católicos, pero también ortodoxos, musulmanes, budistas o ateos.
Fuente:
ACI Prensa