Homilía del Papa Francisco
El Papa celebra la misa en a Casa de Santa Marta © Vatican Media |
El
Santo Padre ha afirmado que «Jesús dignifica a la mujer y la pone al mismo
nivel que el hombre, ya que toma aquella primera palabra del Creador, “ambos
son imagen y semejanza de Dios”, ambos.
Francisco
ha reflexionado sobre el Evangelio del día según San Mateo, en la misa
celebrada esta mañana, 15 de junio de 2018, en la Casa Santa Marta, en el que
resuenan las palabras de Cristo: “El que mira a una mujer deseándola, ya
cometió adulterio” y “el que repudia a su propia mujer la expone a caer en
adulterio”.
Imagen y semejanza de Dios
El
Papa ha puesto en guardia sobre el grave pecado de explotar a las mujeres,
señala ‘Vatican News’ en español, y explica que sin ellas, “el hombre no puede
ser imagen y semejanza de Dios”.
La
doctrina de Jesús sobre la mujer cambia la historia: “Una cosa es la mujer
antes de Jesús y otra cosa es la mujer después de Jesús”, ha anunciado
Francisco.
“Jesús
dice palabras fuertes, radicales, que cambian la historia, ya que hasta
entonces la mujer ‘era considerada de segunda clase’, para decirlo con un
eufemismo: era una esclava, ni siquiera gozaba de plena libertad”, observa el
Papa.
El
Santo Padre subraya cómo las mujeres son precisamente “aquello que falta a
todos los hombres para ser imagen y semejanza de Dios”.
En
este sentido, el Papa ha invitado a orar por “las mujeres descartadas, las
mujeres usadas, las niñas que tienen que vender su dignidad por un
trabajo”. Igualmente, el Sucesor de Pedro recuerda que descartar a la
mujer es un pecado contra Dios Creador, porque sin ellas, “los hombres no
podemos ser imagen y semejanza de Dios”.
Convertida en “producto”
“En
los programas de televisión, revistas, periódicos, vemos a las mujeres como un
objeto de deseo, de uso; como en un supermercado”, explica el Papa señalando
que en muchas ocasiones, con el fin de vender productos de una “cierta
calidad”, la mujer es convertida en “producto”, expuesta de manera humillante,
a veces sin ropa, tirando así por tierra esa enseñanza de Jesús que la
“dignificó”.
“Hay
una rabia contra la mujer, una rabia fea. Incluso sin decirlo… ¿Cuántas veces
las chicas necesitan venderse como un objeto desechable para tener un puesto de
trabajo? ¿Cuántas veces?”, se pregunta Francisco señalando que esta situación
también se vive en Roma y que no hace falta irse muy lejos para ser testigos de
esta lacra social.
Rosa Die Alcolea
Fuente:
Zenit