Un
ataque de la coalición alcanzó un autobús en la ciudad de Saada, en el norte de
Yemen
El bombardeo ha dejado al menos 43 muertos, de ellos 29 niños, según ha
confirmado este jueves la representación del Comité Internacional de la Cruz
Roja (CICR) en este país, además, se ha confirmado que las víctimas son menores
de 15 años y que también hay al menos 60 heridos, entre ellos 30 niños.
“En la guerra en Yemen no hay más reglas, cada
parte acusa a la otra de violencias y no se tiene la certeza sobre la
responsabilidad, ante el incremento de la violencia, es evidente el sentido de
nulidad y de total impotencia”, es cuanto declaró Mons. Paul Hinder a AsiaNews,
Vicario Apostólico en Arabia Meridional (Emiratos Árabes Unidos, Omán y Yemen)
después del ataque contra un autobús lleno de niños, que ha provocado decenas
de víctimas. “Además, quien quiera que sea el responsable de esta masacre –
advirtió el Prelado – es un verdadero irresponsable que obra en violación de
cualquier regla, incluso elemental, en un contexto de guerra”.
“Acción militar legítima”
Detrás
del ataque en la provincia de Saada, estaría la coalición árabe guiada por los
saudís, ya acusada en el pasado de ser responsables del 51% de los decesos
entre los civiles, entre los cuales hay también niños. “El ataque que tuvo
lugar este jueves en la provincia de Saada es una acción militar legítima
contra los elementos que planearon y llevaron a cabo el ataque contra civiles
este miércoles en la ciudad de Yazán (Arabia Saudí) que mató e hirió a
civiles”, afirmó el portavoz de la coalición, Turki al Malki, en un comunicado.
El
balance señala al menos 43 muertos, entre ellos 30 niños entre los 6 y 14 años;
y más de 60 heridos. Los socorristas han extraído de los fierros retorcidos a
los jóvenes con sus mochilas aun sobre sus espaldas. Al momento del ataque, el
bus estaba detenido en un mercado, para consentir al grupo de adquirir bebidas
para refrescarse durante el viaje.
La
Cruz Roja Internacional comunicó haber recibido en su estructura en Saada los
cadáveres de 29 niños, y de 48 heridos entre ellos 30 menores de edad. Y otros
36 heridos, entre los cuales 24 niños, fueron registrados en el hospital
Al-Jomhouri administrado por el personal de “Médicos sin Fronteras”, todos en
evidente estado de shock.
“Una violencia sin fin”
Hace
pocas horas el enviado especial de la ONU en Yemen, Martin Griffiths ha
convocado una serie de coloquios de paz en Ginebra para el 6 de septiembre,
pero las esperanzas de paz son pocas. “La situación es terrible – afirmó Mons.
Hinder – lo que ha sucedido ayer es el ápice de una crueldad increíble”.
“Esperemos que la diplomacia se mueva, aún faltan cuatro semanas para los
coloquios de paz y mientras tanto, la guerra continua – señaló el Prelado –
debemos sólo esperar y orar”.
Las
dificultades para atravesar este país árabe son evidentes, incluso se fatiga
para ayudar a la población, hay imposibilidad de llevar ayuda, en dinero o
material. “El sentido de impotencia es fuerte – concluyó Mons. Hinder – quien a
su vez agradece al Papa Francisco por sus numerosos llamamientos a la paz, con
la esperanza que puedan traer frutos”.
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