Esta realidad se conoce
poco o no se entiende bien
Imagen referencial / Foto: Pixabay (Dominio Público) |
El
Catecismo de la Iglesia Católica señala que el purgatorio es una “purificación
final” que deben hacer para llegar al cielo todos aquellos “que mueren en la
gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque
están seguros de su eterna salvación”.
Sin
embargo, esta realidad se conoce poco o no se entiende bien. Por esta razón y
para estar bien formados sobre el purgatorio, te presentamos siete datos que
debes conocer sobre su existencia y la forma de ayudar concretamente a las
almas que están allí.
1.- Su existencia es
mencionada en la Biblia
En
diversos pasajes de la Biblia se encuentran referencias sobre el purgatorio. Se
puede encontrar concretamente en los evangelios de Mateo (12, 32); Lucas (12,
59), y en la Primera Carta a los Corintos (3, 15).
2.- Se puede ofrecer una
indulgencia por un alma del purgatorio
La
Indulgentiarum Doctrina señala en su norma 15 que un católico puede obtener una
indulgencia plenaria por un difunto “en todas las iglesias, oratorios públicos
o —por parte de quienes los empleen legítimamente— semipúblicos” y siguiendo
las condiciones habituales de confesión sacramental, comunión eucarística y
oración por las intenciones del Papa.
Cada 2 de noviembre se celebra la
Fiesta de los Fieles Difuntos y ese día se puede obtener una indulgencia
plenaria para el alma de un ser querido, familiar o amigo.
Para
conocer otras formas de obtenerlas, como el rezo del Santo Rosario, haga
clic AQUÍ.
3.- Las almas del
purgatorio pueden ser intercesoras
Santa
Catalina de Siena decía que las almas del purgatorio que han sido libradas de
sus penas nunca se olvidarán de sus benefactores en la tierra e intercederán
por ellos ante Dios. Además, cuando esa persona llegue al cielo, ellas saldrán
a recibirlo.
Además
sus plegarias protegen a sus amigos de los peligros y los ayudan a superar
dificultades. Santa Catalina de Bologna dijo en una ocasión: "He recibido
muchos y grandes favores de los Santos, pero mucho más grandes de las Santas
Almas (del purgatorio)".
San
Juan Masías era otro santo que tenía una gran devoción por las almas o ánimas
del purgatorio y con sus oraciones, especialmente el Rosario, logró liberar a
un millón cuatrocientas mil según él mismo afirmaba tras una revelación divina.
Como
retribución, obtuvo extraordinarias y abundantes gracias y ellas lo consolaron
en su muerte.
4.- Los santos escribieron
oraciones por las almas del purgatorio
San Nicolás de Tolentino es conocido como el patrono
de las almas del purgatorio porque en vida los fieles le pedían
que rezara por los difuntos debido a las conversiones que obtenía.
Puede
rezar esta oración AQUÍ.
Otros
santos que escribieron plegarias para obtener la liberación de las almas del
purgatorio fueron San Agustín y Santa Brígida. Puede encontrar la oración a San
Agustín AQUÍ y la de Santa Brígida AQUÍ.
5.- Una santa pudo ver el
purgatorio
Santa Faustina Kowalska recibió la gracia de ver el
purgatorio, el cielo y el infierno. Ella cuenta que una noche
su ángel de la guarda le pidió que la siguiera y se encontró en un lugar lleno
de fuego y almas sufrientes.
Ella
les preguntó qué era lo que más las hacía sufrir y las almas le contestaron que
era sentirse abandonadas por Dios. Cuando salió, escuchó que la voz del Señor
que le dijo: “Mi Misericordia no quiere esto, pero lo pide mi Justicia”.
6.- La Virgen María
consuela a las almas que están allí
En
su visión sobre el purgatorio, Santa Faustina Kowalska notó que la Virgen María
visitaba a las almas que estaban allí y escuchó que estas la llamaban “Estrella
del Mar”.
Por
otro lado, la Madre de Dios le reveló a Santa Brígida que
“no hay pena alguna en el Purgatorio que, mediante mi auxilio, no se vuelva más
suave y más fácil de soportar”.
7.- Existe un museo que
recoge 15 pruebas sobre la existencia del purgatorio
En
Roma (Italia), cerca del Vaticano, se encuentra el Museo de las Almas del
Purgatorio que está dentro de la Iglesia del Sagrado Corazón
del Sufragio. Fue creado en 1897 por el P. Víctor Jouët, un sacerdote francés
misionero del Sagrado Corazón.
Allí
se exhiben 15 testimonios y objetos, como libros y vestimentas, que probarían
las “visitas” de estas almas a sus seres queridos para pedirles que recen por
ellas.
Por María Ximena Rondón
Fuente:
ACI Prensa