Este
incremento se debe en gran medida a la proliferación de conflictos violentos y
de perturbaciones relacionadas con el clima, según explica la Organización
La
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura ha
informado que el índice de hambre en el mundo ha incrementado considerablemente
por tercer año consecutivo. Los conflictos armados y el cambio climático son
algunos de los factores desencadenantes.
Tras
haber disminuido de forma constante durante más de una década, vuelve a
aumentar el hambre en el mundo.
La oficina para la Alimentación y la
Agricultura de Naciones
Unidas acaba de publicar el informe titulado "El estado de la seguridad
alimentaria y la nutrición en el mundo 2018" que desvela que hay
seis millones de personas más que en 2016; que padecen las dramáticas
consecuencias de la falta de alimentos.
"En
estos momentos hay 821
millones de personas que sufren hambrunas. De todas ellas, 492
millones necesitan una acción humanitaria urgente. Eso supone que el hambre ha
aumentado en todo el planeta por tercer año consecutivo", se lee en el
documento.
Causas: conflictos violentos y cambio climático
Este incremento se debe en gran medida a la
proliferación de conflictos violentos y de perturbaciones relacionadas con el
clima, según explica la Organización.
El
informe, revela además que unos 155 millones de niños menores de cinco años
padecen desnutrición
crónica (estatura demasiado baja para su edad), mientras que 52 millones
sufren de desnutrición aguda, lo que significa que su peso es demasiado bajo
para su estatura.
Estas
tendencias son consecuencia no sólo de los conflictos y el cambio climático,
sino también de profundos cambios en los hábitos alimentarios y de las crisis
económicas.
Objetivo Hambre Cero para el 2030
El informe es la primera evaluación global
de la ONU sobre seguridad alimentaria y nutrición que se publica tras la
adopción de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, cuyo objetivo es
acabar con el hambre y todas las formas de malnutrición en 2030 como una de las
principales prioridades de las políticas internacionales.
El documento apunta a los conflictos –cada vez más
agravados por el cambio climático- como uno de los principales motivos del
resurgir del hambre y de muchas formas de malnutrición.
“En la última década, el número de conflictos ha aumentado de forma dramática y
se han vuelto más complejos e irresolubles por su naturaleza”, afirman los
responsables de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y
la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA),
UNICEF, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización Mundial de la
Salud (OMS) en su prólogo conjunto al informe. Subrayan que algunas de las
tasas más elevadas del mundo de niños con inseguridad alimentaria y
malnutrición, se concentran ahora en zonas de conflicto.
Garantizar
sociedades pacíficas
“Esto ha hecho saltar alarmas que no podemos ignorar:
no acabaremos con el hambre y todas las formas de malnutrición para 2030 a
menos que abordemos todos los factores que socavan la seguridad alimentaria y
la nutrición. Garantizar sociedades pacíficas e inclusivas es condición
necesaria para ese objetivo”, aseguran los dirigentes de la ONU.
La hambruna golpeó diversas zonas de Sudán del Sur durante varios meses a
principios de 2017, y existe un grave riesgo de que vuelva a producirse allí,
así como de que aparezca en otros lugares afectados por conflictos, en especial
el noreste de Nigeria, Somalia y Yemen.
Los expertos advierten que incluso en regiones que no
sufren de tanta violencia, las sequías o inundaciones -ligadas en parte al
fenómeno climático de El Niño-, así como la desaceleración económica mundial,
han llevado también a un deterioro de la seguridad alimentaria y la nutrición.
Vatican News