Enamórense de la libertad que les da Jesús
El Papa Francisco saluda a dos jóvenes en el encuentro de ayer tarde en el Vaticano. Captura Youtube |
En
un ambiente de fiesta y tras algunos números musicales y testimonios, el Papa
Francisco dirigió algunas palabras a los jóvenes presentes en el Aula Pablo VI
ayer tarde en el Vaticano, a quienes alentó a ser coherentes en la vida y a
recordar que no tienen precio y que no se dejen comprar ni esclavizar por
colonizaciones ideológicas.
“Ustedes
no tienen precio, no son mercancía. No se dejen comprar, no se dejen seducir,
no se dejen esclavizar por colonizaciones ideológicas para ser esclavos o
dependientes".
"Eso
lo deben decir siempre: yo no tengo precio, soy libre. Enamórense de la
libertad que les da Jesús”, dijo el Papa en un discurso que improvisó el evento
de esta tarde en el marco del Sínodo de los Obispos que tiene como tema “Los
Jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”.
En
el evento titulado “Nosotros por: únicos, solidarios, creativos”, el Pontífice
dirigió sus palabras tras escuchar varios testimonios de jóvenes como el de uno
que dejó las drogas con la ayuda de Dios, otro que huyó de la guerra yendo a
Francia a estudiar, y otro que contó cómo dejó la adicción a la pornografía con
la ayuda del Señor y ahora vive felizmente casado.
El
joven italiano confesó que conoció la pornografía cuando tenía 10 años y era
huérfano. Al respecto aseguró que “el porno te destruye dentro, profundamente.
Te cuesta la vida, pero pude salir de esto y estoy aquí para testimoniarlo.
Buscaba un padre y lo encontré en Jesús”.
Otro
testimonio que tocó a los presentes fue el de una joven española de nombre Ana
que relató como se encontró con un enfermo de cáncer a los huesos y a quien
pudo alentar en un hospital: “Dios no te ha abandonado, está a tu lado y te
está poniendo a prueba. ¿Eres capaz de seguir a pesar de los dolores grandes?
No estás solo, acógelo. Él quiere que des testimonio de su amor para que seas
santo”, le dijo.
“Tú
puedes ser santo si acoges el dolor y lo ofreces. Luego comienza a amar a los
que tengas cerca, haciéndoles ver que no temes a la muerte porque has
encontrado algo valioso”.
Días
después, relató la joven, recibió una carta del enfermo que le escribió: “Te
espero en el paraíso Ana”.
El
Padre Alexander, un ecuatoriano radicado desde hace años en Italia, también
contó su historia: “Para seguir mi sueño dejé Ecuador. Mientras estudiaba aquí
me fue muy difícil aprender italiano. Terminé la química, volví Ecuador y luego
regresé a Pisa para estudiar filosofía y ahí me acerqué a Dios. Poco a poco
encontré a Dios y estudié teología”.
“Hace
un año me convertí en presbítero y soy feliz de ser un sacerdote suyo. Dios no
te quita nada, lo que hay te lo multiplica por mil”, indicó el joven que
también dijo ser aficionado al baile latinoamericano.
Al
final de los testimonios, los jóvenes que estaban en el escenario leyeron
algunas preguntas para el Papa y los Padres sinodales presentes, referentes a
la búsqueda del sentido de la vida, la familia, los problemas sociales, las
nuevas tecnologías, las minorías religiosas, y la forma de cambiar la “imagen
negativa y triste” de la Iglesia por los recientes escándalos de abusos.
Respondiendo
a los jóvenes de forma improvisada, Francisco los alentó a hacer “su propio
camino. Sean jóvenes en camino que miran al horizonte, no al espejo. Siempre
mirando adelante el camino y no sentados en el sofá. Muchas veces he dicho esto.
Hay jóvenes que están en el diván y se jubilan a los 24 años, es malo esto”.
“En
este camino recuerden una palabra que me toca, que se ha dicho, que es fuerte,
pero es cierta. La coherencia de vida. Hago camino pero con coherencia de vida.
Cuando ven una Iglesia incoherente, que no sigue las bienaventuranzas, y cae en
el clericalismo principesco más escandaloso, yo entiendo”.
Francisco
resaltó luego: “Si eres cristiano toma las bienaventuranzas y ponlas en
práctica. Y si eres un hombre o una mujer que has dado la vida, también un
sacerdote, sé un sacerdote que valga. Sigan el camino de las bienaventuranzas,
no la de la mundanidad”.
Reflexionando
sobre el poder, el Papa dijo que “el verdadero poder es servicio, lo otro es
egoísmo, bajar al otro, dominar. El poder está para hacer crecer a la gente,
para ser servidores de la gente, sea para la política o la coherencia. Este es
el principio”.
Hablando
luego sobre las nuevas tecnologías, el Pontífice explicó que “la interconexión
digital es al momento, es rápida. Pero si te acostumbras a esto, terminarás con
una familia en la mesa en el almuerzo, en la cena, cada uno hablando con otros
o entre ustedes por el teléfono sin una relación real, sin concretar”.
“Cada
camino que harán debe ser seguro y concreto como tantas experiencias que han
dicho aquí. Ninguno de los testimonios era líquido, todos eran concretos. Si
los medios, si el uso de la web te hace líquido, córtalo. Si no hay algo
concreto, no tendrás futuro”.
Tras
alentar a acoger con amor a los migrantes para vencer el populismo, el Santo
Padre reiteró su invitación a hablar “con los viejos, hablen con los abuelos.
Ellos son la raíz”.
“Recuerden,
si el árbol está solo no dará fruto. Todo lo que el árbol tiene florecido viene
de lo enterrado. Esto es de un poeta no es mío. Tomen las raíces y den fruto.
Hablen con los abuelos, con los viejos y esto los hará felices”, concluyó.
Por Walter Sánchez
Silva
Fuente:
ACI Prensa