El
Papa Francisco advirtió, durante la Misa celebrada en Casa Santa Marta este
lunes 26 de noviembre, evitar “la enfermedad del consumismo”, una “enfermedad
contra la generosidad”
El Papa durante la Misa en Casa Santa Marta. Foto: Vatican Media |
“Es
una enfermedad grande la del consumismo de hoy. El consumismo, gastar más de lo
que necesito, es una falta de austeridad de vida: este es un enemigo de la
generosidad. Y la generosidad material tiene otra consecuencia: agranda el
corazón y te lleva a la magnanimidad”.
Por
ello invitó a revisar la casa y pensar “qué cosas no me sirven a mí, pero les
servirían a los demás”. El Santo Padre hizo esta reflexión a partir del
Evangelio del día, en el que Jesús observa en el Templo de Jerusalén cómo los
ricos entregaban grandes donativos al Tesoro del Templo. Entonces llegó una
viuda pobre y echó tan solo dos monedas de escaso valor.
Entonces,
Jesús explicó que la viuda había entregado mucho más que todos los ricos
“porque todos éstos han echado como donativo de lo que les sobraba, ésta en
cambio ha echado de lo que necesitaba, todo cuanto tenía para vivir”.
Francisco
explicó que en el antiguo Israel “la viuda, el huérfano y el migrante, el
extranjero, estaban considerados como los más pobres del pueblo”. Por ello, el
gesto de la viuda tenía un valor aún mayor.
En
su homilía explicó que “la generosidad es una cosa de todos los días. Es una
cosa sobre la que debemos pensar: ¿Cómo puedo ayudar más?”. Una posible
respuesta para justificar la ausencia de generosidad sería: “Pero Padre, que yo
apenas llego a fin de mes”.
Sin
embargo, la respuesta del Papa es imitar a la viuda del Evangelio: “¿Quizás te
alcance con tan solo unas pocas monedas? Piensa: se puede ser generoso con
ellas”.
“Las
pequeñas cosas: echa un vistazo en tu habitación, en tu armario. ¿Cuántos pares
de zapatos tienes? Uno, dos, tres, cuatro, quince, veinte… Quizás son
demasiados. Yo conocí a un monseñor que tenía 40… Pues si tienes tantos
zapatos, dona la mitad. ¿Cuánta ropa tengo que no uso o que uso una vez al año?
Un modo de ser generoso es dar aquello que tenemos, compartirlo”.
“Podemos
hacer el milagro de la generosidad. La generosidad en las pequeñas cosas, en
las pocas cosas. Quizás no lo hacemos porque no se nos ocurre. El mensaje del
Evangelio nos hace pensar: ¿Cómo puedo ser más generoso? Sólo un poco, no
mucho”.
El
Papa finalizó su homilía invitando a rezar “para que el Señor nos libere de
este mal peligroso que es el consumismo”.
Fuente:
ACI Prensa