El
lugar donde supuestamente Jesús fue encarcelado antes de su crucifixión era una
de las visitas más populares entre los peregrinos de la Edad Media
Ian and Wendy Sewell | CC BY-SA 3.0 |
En
la actualidad, la Prisión de Cristo, una pequeña capilla griega ubicada en un
extremo del complejo de la iglesia del Santo Sepulcro en la Ciudad Vieja de
Jerusalén, es considerada un lugar de menor importancia para los visitantes del
complejo del Santo Sepulcro, donde Jesús fue crucificado, sepultado y donde más
tarde resucitó.
Sin
embargo, en el medievo solía ser uno de los lugares más frecuentados del
complejo y atrajo a peregrinos de toda Europa desde al menos el siglo XII. Un
estudio reciente publicado en Speculum: A Journal of Medieval Studies,
obra de Anthony Bale, profesor de Estudios Medievales en Birkbeck, Universidad
de Londres, explora la importancia que tuvo la “Prisión de Cristo” para los
cristianos medievales.
En
su artículo, titulado God’s Cell: Christ as Prisoner and Pilgrimage to the
Prison of Christ [La celda de Dios: Cristo como prisionero y la
peregrinación a la Prisión de Cristo], Bale señala que, aunque los Evangelios
no mencionan el lugar donde Jesús estuvo recluido durante su arresto, sí
mencionan el hecho de que fue encarcelado, lo cual condujo a los cristianos
medievales a empezar a buscar la cárcel que lo retuvo. En el siglo IX, un monje
bizantino hizo mención a un “calabozo donde Cristo estuvo cautivo con
Barrabás”. Y aunque muchos otros lugares en Jerusalén aseguran ser ese
“calabozo”, en el siglo XII la “Prisión de Cristo”, entonces ya convertida en
una pequeña capilla, atraía a la mayoría de peregrinos y se había
convertido de facto en la ubicación del encarcelamiento de Cristo.
Según
algunas descripciones documentadas de los visitantes del siglo XII, la prisión
solía contener algunas reliquias y objetos que pertenecieron o se asociaron con
Jesús, como un “cepo de mármol” donde introdujo sus pies o las cadenas con las
que fue preso.
Según
explica Bale, la capilla solía ser independiente pero, a mediados del siglo
XII, cuando los cruzados consiguieron el control de la iglesia del Santo
Sepulcro, fue rediseñada, ampliada y anexada al complejo mayor. Fue entonces,
según el investigador, cuando se apropiaron de las prisiones de las tradiciones
griegas locales y fueron “repensadas por los cruzados como parte de su imperio
espiritual, en el cual era primordial la devoción a la vida y sufrimiento de
Cristo”.
Es
más, Bale señala que la idea de la prisión era de profunda relevancia durante
la Edad Media, cuando muchas prácticas cristianas occidentales, como en los
santuarios y las celdas monásticas, iban destinadas a conseguir un despertar
espiritual a través de la restricción física. La Edad Media es también el
tiempo en que el concepto de Purgatorio se fue haciendo más popular entre los creyentes,
muchos de los cuales buscaban intencionalmente ser “purgados” del pecado a
través de un sufrimiento correctivo.
Según
se señala en la web The Medievalist, esta fascinación con la cárcel y el
despertar espiritual que quizás generaría está condensada en un comentario que
dejó un peregrino, Felix Fabri, que visitó Jerusalén allá por 1480:
Entonces,
tan pronto estuvimos todos dentro, los sarracenos tiraron enseguida de las
puertas de la iglesia a nuestras espaldas, las cerraron con cerrojos y
cerraduras, como suelen hacer los hombres después de arrojar violentamente a
los ladrones dentro de una mazmorra, y se fueron con las llaves, dejándonos así
prisioneros en la más deliciosa, luminosa y espaciosa de las prisiones, en el
jardín del preciosísimo sepulcro de Cristo, al pie del monte del Calvario, en
medio del mundo. ¡Oh, qué encarcelamiento tan dichoso! ¡Qué cautiverio tan
deseable! ¡Qué reclusión tan placentera! ¡Cuán dulce es el encierro por el que
el cristiano es encerrado y aprisionado en el Sepulcro de su Señor!
Hoy
en día, la capilla, cuyos muros más antiguos se remontan al 330, presenta
decoraciones bizantinas típicas de la tradición eclesiástica griega que
representan a Cristo sosteniendo la cruz, además de los cepos donde se cree que
Jesús tuvo sus pies mientras preso. Las visitas pueden organizarse como parte
del tour general del complejo de la iglesia del Santo Sepulcro en la
Ciudad Vieja de Jerusalén.
Vittoria Traverso
Fuente:
Aleteia