Francis Riwa ha rescatado a miles de niños y actualmente en una aldea
infantil viven 2.000 niños huérfanos
En el noreste de Kenia, el
lugar en el que los musulmanes son mayoría es donde el sacerdote Francis
Riwa ha pasado las últimas décadas rescatando a miles de niños de la calle,
acogiendo huérfanos y ayudando a los más pobres de los nómadas que viven en el
desierto.
Cada día tras levantarse,
este religioso incombustible sale a la calle para encontrar y rescatar a estos
niños vulnerables. En un día normal tres niños llegan con él a la iglesia
católica de Santa Rita, donde ya hay preparados alimentos, mantas, ropa y
otros artículos.
Una incansable labor de
rescate
A su vez, otro equipo
del padre Riwa va a las pequeñas aldeas para visitar especialmente a las niñas
nómadas pobres para que vayan a la escuela en vez de casarse. A menudo, tal
y como publica Crux Now, estas
menores acaban inscribiéndose en algunos de los varios colegios que el
religioso ha fundado por toda la región.
En esta zona desértica de
Kenia, la Iglesia Católica a través de este sacerdote ha ayudado a numerosos
niños. En una zona predominantemente musulmana en la que es difícil
encontrar algún lugar de culto cristiano ha fundado varias iglesias y escuelas
católicas.
Más de 2.000 niños en la
aldea infantil San Francisco
Hace dos décadas, Francis
Riwa comenzó su misión con siete niños de la calle. Hoy en día son más de
2.000 los niños huérfanos que viven en la aldea infantil San Francisco de
Meru que él mismo fundó. Otros miles han pasado por este hogar y ahora
asisten a la universidad o trabajan a lo largo y ancho de Kenia.
“Me siento muy feliz cuando
veo a estos niños tener éxito en la educación y conseguir trabajo. Muchos no
conocen a sus padres y familias. Ahora pertenecen a la Iglesia. Por lo
general, vienen durante las vacaciones escolares para ayudar a la Iglesia y a
otros niños que se encuentran en la misma situación en la que estaban ellos
hace años”, cuenta este sacerdote.
El caso de la niña Lilian
Lilian Nabaru, una
chica de 15 años de la etnia samburu, asegura que no habría ido a la escuela si
no hubiera aparecido en su vida este sacerdote. Cuenta que Riwa la rescató
de un matrimonio infantil que sus padres habían organizado en secreto
con un hombre de 60 años.
Esta joven asegura que el
sacerdote devolvió él mismo las 10 vacas que el candidato había entregado como
dote a sus padres para pedirla la mano de Lilian. Ahora ella afirma que cuando
complete su educación quiere ser monja. “Todavía hoy no me puedo creer que esté
aquí”, explica esta adolescente, pues cree que sus “sueños se harán ahora
realidad. Quiero convertirme en monja y maestra para que también pueda
cambiar las vidas de niños vulnerables. Quiero ir a mi comunidad y luchar
por el derecho a la educación de las niñas”.
Por su parte, Frankline
Mungira, es uno de los miles de niños rescatados por este religioso de la
calle. Actualmente estudia en la universidad y considera a Riwa y a otros
sacerdotes como sus padres. Fue recogido de las calles de Meru hace 20 años
cuando tenía apenas 6. No conoce a sus padres ni a ninguno de sus familiares.
De niño asistió a una de las escuelas fundadas por este sacerdote, y ahora él
quiere ser maestro para trabajar junto a él.
“Es como un milagro. Estaría
muerto a estas alturas si no hubiera sido por el padre Riwa… Doy gracias a Dios
por todo. Ahora tengo el deseo de ayudar a los niños de la calle cuando
termine mi educación. Es una misión que Dios quiere que hagamos”, cuenta este
joven.
Una Iglesia volcada en la
ayuda de los pobres
En la actualidad, la
Iglesia Católica en China tiene alrededor de 7,5 millones de miembros, lo que
equivaldría a un tercio de la población, aunque la obra de este religioso se
desarrolla en la zona en la que se concentra un mayor número de musulmanes.
“El padre Riwa está
haciendo un gran trabajo para ayudar a los pobres”, afirma el obispo de Homa Bay,
Philip Anyolo, presidente de la Conferencia Episcopal de Kenia. Además, añade
que “está ayudando a los pobres estando al lado de los pobres. Está
haciendo lo que enseña la Iglesia y lo que hizo Jesucristo”.
Por ello, el prelado ha
instado a los sacerdotes a ayudar en esta misión de salvar niños de las calles
y de matrimonios infantiles. “Es algo que debemos hacer porque la caridad y la
ayuda social es parte de la Iglesia. Quiero animar a los sacerdotes a ayudar
a los pobres y a salvar vidas donde puedan”, agrega el presidente de los
obispos de Kenia.
J. L.
Fuente: ReL