Durante
la Misa celebrada este jueves 28 de marzo en la Casa Santa Marta, el Papa
Francisco animó en esta Cuaresma a volver a Dios “con todo el corazón”
En su homilía, el Santo Padre realizó un fuerte llamado a la conversión al “escuchar la voz del Señor para no terminar con un corazón duro”.
El
Pontífice advirtió que quien no escucha la voz del Señor por días, meses, años,
se convierte como “la tierra sin agua” y se “endurece”. En esta línea, recordó
el pasaje del Evangelio del día en el cual Jesús dice que “el que no está
conmigo, está contra mí” y propuso interrogarnos cómo es nuestra fidelidad al
Señor:
“Esta
es la pregunta que hoy la Iglesia quiere que hagamos: ¿Perdí mi fidelidad al
Señor? No, no, voy a Misa cada domingo -y añadió- Sí, sí, pero esa fidelidad
del corazón: yo he perdido esa fidelidad, o mi corazón es duro, es obstinado,
es sordo, no deja entrar”, preguntó.
De
este modo, el Santo Padre destacó que debemos preguntarnos si escuchamos “la
voz del Señor hoy” porque “la Cuaresma es para esto, para volver a sembrar
nuestro corazón” por lo que el Papa reiteró su invitación a no endurecer el
corazón porque “cuando uno vive con el corazón duro, que no escucha al Señor,
va más allá de no escucharlo y cuando hay algo del Señor que gusta, se deja al
Señor con alguna excusa”.
Luego,
el Papa se detuvo en el Evangelio de San Lucas para alertar sobre el riesgo de
primero no escuchar al Señor y después de tener el corazón duro caer en “el
último paso del cual ya no hay regreso, que es la blasfemia en contra del
Espíritu Santo”.
“Jesús
termina con otra frase que puede ayudarnos: ‘El que no está conmigo, está en
contra mí’, dice el Papa, por lo que invitó a evaluar: “¿Cómo va mi fidelidad?
o ¿Busco algún pretexto?” pero animó a no perder la esperanza.
Por
ello, el Papa exhortó a regresar a Dios “con todo el corazón” porque el Señor
es “misericordioso y compasivo” a pesar de que el corazón esté “duro como
piedra” o incluso si en varias ocasiones lo has “desacreditado por no obedecer”
el Santo Padre aseguró que “todavía hay tiempo”.
"Vuelvan
a mí con todo el corazón", dice el Señor, "porque soy misericordioso
y compasivo: lo olvidaré todo". Me importa que vengas a mí. Esto es lo que
importa, dice el Señor. Y olvídate de todo lo demás. Este es el momento de la
misericordia, es el momento de la piedad del Señor: abramos nuestros corazones
para que Él entre en nosotros”, concluyó.
Por Mercedes
de la Torre
Fuente:
ACI Prensa






