Se fue
de voluntariado a Costa de Marfil con un grupo de estudiantes y allí lejos de
su España natal sufrió un accidente mortal
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Colegio Mayor Bonaigua - Opusdei.cat |
Un campo de trabajo organizado por el Colegio Mayor Bonaigua y el
Colegio Canigó de Barcelona (España) para rehabilitar una escuela infantil y
ayudar a niños de Costa de Marfil se ha visto afectado este fin de semana por
un accidente de tráfico en el que ha fallecido la coordinadora de voluntarias,
la profesora Teresa Cardona.
Uno de los minibuses en los que viajaban
las voluntarias de Abidjan y Yamoussoukro volcó y otras diez voluntarias
resultaron heridas, informó este domingo la oficina
de información del Opus Dei en Cataluña.
La pérdida de Teresa, una joven numeraria
del Opus Dei deportista y jovial, empeñada en la justicia y en fomentar la
preocupación social entre las estudiantes, ha causado una gran conmoción y ha
impulsado una amplia corriente de oración y de agradecimiento por una vida
dedicada a Dios y a los jóvenes. Esta es la reflexión de un padre de familia
del colegio en el que ella trabajaba:
No la llegué
a conocer muy a fondo. Cuando ella era pequeña, yo iba a jugar a su casa porque
su hermano Javier era uno de mis ‘mejores amigos’ en algunos años de primaria.
Mientras
escribo esto, Javier está volando a Abidjan, para repatriar el cuerpo de
Teresa, fallecida en un accidente ayer mismo en Costa de Marfil.
Años más
tarde, me la encontré inesperadamente en una reunión de Canigó, el colegio de
mis hijas. La reconocí al instante. La sonrisa franca, la mirada limpia y
transparente.
Cruzamos unas
palabras y enseguida detecté el sentido del humor característico de su familia
(¡su padre me había dado clases de Derecho Político!). Después, fuimos
coincidiendo en diversos eventos.
Siempre atenta
a todo, dispuesta a ayudar, sin querer hacer sombra a nadie, dejando que los
demás brillaran, incluso con la luz que ella les prestaba. Ella fue asumiendo
nuevas responsabilidades, acordes a su preparación y disposición. Ahora era
subdirectora.
Digo que no la
conocía mucho, pero no es cierto del todo. Teresa era, es también ahora en su
trayecto al Cielo, numeraria del Opus Dei. Y eso sí lo conozco bien, aunque
solo sea porque tengo una hija que también lo es. Sé lo que significa.
Significa haber
transformado la maternidad corporal en maternidad espiritual, con esa capacidad de expansión que tiene el corazón humano que se
entrega indiviso a Dios y es capaz de anticipar de alguna manera la íntima
unión que todos alcanzaremos en la otra vida.
Significa
olvidarse de una misma y poner todos los talentos, que suelen ser muchos, al
servicio de los demás, para llevar cuantas más almas sea posible a Dios y a la
felicidad humana.
Significa
reescribir el rostro con una sonrisa permanente, iluminar la mirada con
la limpieza de un amor sin condiciones, tener los brazos siempre abiertos a
quien quiera refugiarse en ellos.
Significa soportar todas
las incomprensiones con alegría y devolver siempre bien por mal, regando a
veces con lágrimas la tierra propia y ajena para que crezca y
dé fruto.
Significa no
tener nada propio y, al mismo tiempo, tener todo a disposición de los otros,
vivir una vida desprendida y generosa, volcada a los demás.
Significa irse
de voluntariado a Costa de Marfil con un grupo de niñas, mientras la mayor
parte de la sociedad se prepara para disfrutar de unas merecidas vacaciones.
Significa dejar
la vida en un recodo cualquiera del camino para, desde allí, callada y
eficazmente, dejar sembrada en muchas almas una semilla imperceptible que irá
creciendo en el corazón de todas sus compañeras de voluntariado, en las
personas que les acompañaban, en sus padres, familiares, amigos y en todos los
que, como nosotros, desde la distancia próxima del dolor humano y sobrenatural,
rezamos por Teresa.
Significa, como
diría Teresa, que Dios sabe más y todo lo que sucede es para bien de los que le
aman, aunque a veces hagan falta años para entenderlo.
Fuente: Aleteia