Muchos
no católicos están intrigados por la confesión y tienen curiosidad acerca de si
pueden recibir las mismas gracias que los católicos...
Si bien la confesión a menudo es considerada bajo
sospecha por muchos no católicos, a algunos de ellos les gustaría confesarse.
Hablamos de personas que no se están preparando para el bautismo ni tienen la
intención (en un futuro próximo) de convertirse en católicos.
Además de las
muchas gracias recibidas en la confesión, estas personas pueden estar
interesadas en los
beneficios psicológicos de contarle a
alguien más sus pecados y en
el alivio que se siente al escuchar las palabras de absolución.
Sin embargo,
¿está permitido que un no católico se ponga en la fila del confesionario y se
arrodille ante un sacerdote para recibir el sacramento de la reconciliación?
El Código de
Derecho Canónico es bastante sencillo acerca de los sacramentos de la Iglesia
católica. Si bien la Iglesia reconoce el bautismo de la mayoría de las
denominaciones cristianas, la realización válida del sacramento de la
confesión solo se reconoce dentro de los límites de la Iglesia católica (con la
excepción principal de la Iglesia ortodoxa).
Casi siempre,
para recibir una confesión lícita, hay que ser miembro de la Iglesia católica.
Los ministros
católicos administran los sacramentos lícitamente a los miembros de la Iglesia
católica, quienes también los reciben lícitamente solo de los ministros
católicos (Can. 844 §1.)
Hay algunos
casos en los que un cristiano ortodoxo también puede recibir el sacramento de
la confesión, ya que esta rama del cristianismo tiene sacramentos válidos para
la Iglesia católica.
Sin embargo, el
Código de Derecho Canónico enumera algunas excepciones para los
bautizados no católicos:
Si hay peligro de muerte o,
a juicio del Obispo diocesano o de
la Conferencia Episcopal, urge otra necesidad grave,
los ministros católicos pueden administrar lícitamente esos
mismos sacramentos también a los demás cristianos que
no están en comunión plena con
la Iglesia católica,
cuando éstos no puedan acudir a
un ministro de su propia comunidad y
lo pidan espontáneamente, con tal de
que profesen la fe católica respecto a
esos sacramentos y estén bien dispuestos. (Can. 844
§4.)
Básicamente, un
sacerdote católico puede ofrecer la absolución a los cristianos no católicos en
ciertos casos raros, como el peligro de muerte.
A los
cristianos no católicos se les anima a buscar un sacerdote católico para
recibir asesoramiento espiritual, y pueden hacerlo en el contexto de una
reunión programada en la oficina parroquial.
Sin embargo, en
la mayoría de los casos, mejor no acercarse a un sacerdote durante una
confesión programada regularmente en el edificio de la iglesia.
Estos tiempos
están reservados para los miembros de la Iglesia católica y no permiten el
momento adecuado para la catequesis o el asesoramiento personal extendido.
La confesión es
un hermoso sacramento, que puede liberar a una persona del pecado y establecer
un nuevo camino. Sin embargo, para abrazar completamente este regalo, uno debe
estar debidamente catequizado e iniciado completamente en la Iglesia católica.
Philip Kosloski
Fuente: Aleteia