Somos muchos católicos, pero cuántos realmente viven la fe
Jesús nos habla
en una de sus parábolas de un Rey que envía invitaciones para la fiesta de
bodas de su hijo, y muchos buscan excusas para no asistir a la ceremonia.
Aparentemente tienen otras obligaciones más importantes que atender, insultan
los siervos del Rey e incluso matan a algunos de ellos.
El Rey, enfurecido, los
mata y luego destruye sus ciudades. Más sin renunciar, se mantiene
tenazmente y persistente, y decide enviar más siervos, pero esta vez,
sí traen a personas al banquete.
Uno no estaba vestido
decente para la celebración, y no tenía excusas para ello, así que es expulsado
de la sala del banquete. Jesús termina esta parábola diciendo:
"Muchos son llamados,
pero pocos son escogidos".
Las parábolas de Jesús son
historias humanas con mensajes divinos. Nos desafían a dejar nuestra
complacencia y a seguir a Jesús auténticamente.
Miremos objetivamente
la sociedad y la Iglesia Católica de hoy en día y preguntémonos dónde
estamos. Es cierto que hay un gran número de católicos, al menos,
católicos bautizados. Sin embargo, ¿cuántos están realmente viviendo su fe?
Ser sacerdote por más de 28
años y haber trabajado en varios países como Europa, Argentina, Chile,
Paraguay y Estados Unidos, me lleva a hacer reflexiones sobre las razones por
las cuales tantos los católicos, como citan la parábola mencionada allá
arriba, tienen tantas excusas para simplemente no asistir al Santo
Sacrificio de la Misa, que en términos de la parábola, ¡se refiere al
banquete de la boda del Rey y de Su Hijo!
Esta observación pastoral
servirá para ayudarnos a quienes trabajamos arduamente en la viña del Señor
para ir en dirección correcta a salvar almas para nuestro Rey Eterno. En otras
palabras, para que podamos conocer las almas errantes, la razón por la que se
han ido y dar un remedio o una solución al problema.
Por supuesto, leer
profundamente la "Alegría del Evangelio" por el Papa
Francisco, será de inmensa ayuda en nuestro trabajo como siervos. Recuerda las
palabras desafiantes de Jesús, el Buen Pastor del rebaño, nuestro Modelo y
ejemplo:
"La cosecha es
abundante, pero los obreros son pocos".
A continuación se
presentan las razones por las que "las ovejas" se han alejado
del rebaño, dejando la práctica de la fe y la recepción de los sacramentos que
dan vida a un lado:
1.- Católicos con malas experiencias.
Algunos
católicos errantes se quejan de tener que dejar la Iglesia porque tuvieron una
mala experiencia muy fuerte con otro miembro, y la situación los hería
profundamente.
El mal ejemplo
que pueden llegar a dar los mismos sacerdotes, diáconos, secretarios
parroquiales, catequistas o simplemente católicos practicantes, puede alentar a
otras personas a crear una
debilidad en la fe.
Una palabra
áspera y cortante, un comentario o un gesto sarcástico, distante o frío, una
aguda reprensión o cualquiera de estos gestos hechos a un alma frágil, ¡podrían
ser la última gota que derrame el vaso!
Esto podría
ser suficiente para despegar a cualquier persona de la práctica de la fe. ¿Cómo
se remedia esto? ¡Con bondad y
caridad! Una vez se le preguntó a San Agustín tres veces sobre
qué debería uno practicar con el prójimo, y él respondió:
¡Bondad,
bondad, y más bondad!
San Francisco
de Sales acuñó un clásico:
"Puedes
coger más moscas con una cucharita de miel, que con un barril de vinagre".
2.-
Escándalos en la Iglesia.
No se puede
ignorar la realidad de la existencia de los escándalos relacionados con la
Iglesia que han salido a la luz en los últimos 15 años. No es un secreto que
algunas personas que han elegido servir al Señor, como sacerdotes, algunos
religiosos e incluso obispos, ¡y le hayan fallado!
En vez de dar
ejemplo como buen pastor a las ovejas, ¡se han transformado en lobos voraces!
Obviamente estos escándalos penetran el Sagrado Corazón del Buen Pastor y han causado
estragos en el rebaño. ¿Qué podemos hacer para reparar y
remediar un golpe tan grave a la Iglesia?
Primero,
rogamos perdonar al mundo en general, así como lo han hecho los últimos papas,
clara y públicamente. Además, debemos
orar por los futuros sacerdotes, pero sólo por aquellos que
están firmemente comprometidos con el celibato al 100%, que hacen del amor por
Jesús el centro de sus vidas y aquellos que tienen un llamado para salvar almas
y realizar la búsqueda de las ovejas perdidas.
3.-
Distracciones del mundo moderno.
En una ocasión
un pastor vino de África a Estados Unidos y le preguntaron cuál era, según él,
el más grande impedimento de los Estados Unidos para la difusión de la Palabra
y el Reino de Dios. Sin pensar mucho, soltó una palabra ¡DISTRACCIONES! Una
observación muy interesante viniendo de un extranjero.
¿Qué quería
decir él exactamente? Lo siguiente: televisión radio, deportes, películas,
fiestas, Internet, medios electrónicos, casinos, carreras de caballos, juegos
al azar, etc.
Y no es que
todas estas actividades y entretenimientos sean pecaminosos. Pero tan fácil
encontrarse totalmente absorbido y sumergido en estas "diversiones"
que el domingo de
Santa Misa ha sido olvidado o llevado a un segundo lugar
de importancia.
Como dijo un
conocido sacerdote:
"Los domingos
en Estados Unidos se han convertido en un sábado más".
4.-
Estilo de vida inmoral.
Los católicos
que se encuentran descontentos y enojados frecuentemente apuntarán su dedo contra la
Iglesia Católica por los muchos fracasos de la misma, pero
en sus corazones hay un serio problema hoy en día: ¡Una incapacidad para llegar
a un acuerdo y vivir con la exigente moralidad sexual que la Iglesia ha
impartido los últimos 2000 años!
Nuestra Señora
de Fátima dijo, en sus apariciones en 1917, refiriéndose a muchos jóvenes
(¡algunos no tan jóvenes!), que:
"Muchos
matrimonios no son buenos. En el mundo entrarán muchas modas (probablemente
refiriéndose a los códigos de vestimenta) que pueden ofender gravemente a Dios.
Y finalmente,
la mayoría de las almas están perdidas y van a Infierno por los pecados que se
comenten contra la virtud de la pureza, también refiriéndose a dejar el Iglesia
y recibir los sacramentos".
Muchos han
decidido simplemente vivir juntos en unión libre o resignarse a vivir en
matrimonio civil. A los ojos de Jesús y su Esposa, la Iglesia, están objetivamente equivocados y
también están eligiendo vivir en un estado permanente de pecado mortal.
Siendo este el caso, esta pareja se ha separado voluntariamente de la vida
vivificante. Jesús dijo:
"Yo soy
la vida y ustedes son las ramas, y mi Padre corta las ramas que no dan
fruto" (Juan 15,1-2)
Estas parejas,
debido forma de vida, el cual eligieron libremente, ya no pueden recibir a Jesús,
el Pan de la Vida, en la Sagrada Comunión.
Este es el
caso, cuando asisten a la Santa Misa y llega el momento de la comunión, muchas
personas la reciben mientras ellos se ven obligados a quedarse sentados
esperando que termine el momento.
Son como
calentadores de banco (imagen deportiva) y ver a los demás recibir a Jesús, el
viviente pan que descendió del cielo para darnos vida en abundancia, es
incómodo.
Esta pareja
probablemente decida
dejar la Iglesia Católica e ir a alguna Iglesia protestante,
donde puedan tener acceso gratuito a la recepción del Servicio de comunión.
¡Adiós Iglesia Católica! ¡Hola, Iglesia protestante!
Posible
remedio: ¿Por qué no invitar a esta pareja separada a reunirse con un sacerdote
que podría aclarar las
condiciones para tener su matrimonio bendito en la Iglesia
y así puedan estar en plena comunión con la misma? Además, invítelos a algún
fin de semana dinámico, o un retiro matrimonial, ¡para hacer que las cosas
mejoren entre esos dos!
Conclusión,
acabamos de explicar unas pocas razones que explican el enorme éxodo de la
Iglesia Católica en las últimas décadas.
Nuestras
intenciones con este artículo son animar al ferviente y celoso seguidor de Jesús a buscar estas ovejas
perdidas y traerlas de vuelta a los brazos del Buen Pastor.
Por: Fr. Ed Broom
Fuente: Fatherbroom.com //
PildorasDeFe.net