Homilía en Casa Santa Marta
©TIZIANA FABI / AFP |
En la Misa matutina en Casa
Santa Marta, que recomenzó después del verano, el Papa invitaba este
domingo a contemplar la Beata Virgen María de los Dolores, a los pies de la
cruz, en el día en el que la Iglesia hace memoria de ella.
“Contemplar a
la Madre de Jesús, contemplar este signo de contradicción,
porque Jesús es el vencedor pero en la Cruz, en la Cruz. Es
una contradicción, no se entiende … Hace falta fe para
comprender, al menos para acercarse a este misterio”.
María sabía y
“toda la vida vivió con el alma atravesada”. Seguía a Jesús y sentía los
comentarios de la gente, a veces a favor, otras veces en contra, pero estaba
siempre detrás de su Hijo. “Por esto decimos que es la primera
discípula”, subraya Francisco en la homilía de la Misa en Casa Santa Marta.
María tenía la inquietud que hacía nacer en su corazón este “signo de
contradicción”.
Al final,
estaba allí, en silencio, bajo la cruz mirando a su Hijo. Quizás escuchaba
comentarios del tipo: “Mira, esa es la Madre de uno de los tres delincuentes”.
Pero Ella “dio la cara por su Hijo”.
“Esto que yo
digo ahora son pequeñas palabras para ayudar a contemplar, en silencio,
este misterio. En ese momento, Ella nos dio a luz a todos nosotros: dio
a luz a la Iglesia. ‘Mujer’ – Le dice el Hijo – ‘estos son tus hijos’.
No dice ‘madre’: dice ‘mujer’. Mujer fuerte, valiente; mujer que estaba allí
para decir: ‘Este es mi Hijo: no reniego de Él’”.
El pasaje del
Evangelio de hoy es, por tanto, más que para reflexionar, para contemplar.
“Que sea el Espíritu Santo – concluye – el que nos diga a cada uno de qué
tenemos necesidad”.
Por Debora Donnini, artículo publicado
originalmente por Radio Vaticano
Fuente: Aleteia