Misa en Santa Marta, 20 ept. 2019 © Vatican Media
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El
Papa Francisco exhortó a los ministros a vivir las cuatro formas de “cercanía”
y pidió a los fieles que recen por los obispos y sacerdotes para que todos
ellos sepan custodiar el don ministerial que les ha sido dado a través de las
mismas.
Hoy,
20 de septiembre de 2019, en la homilía de la Misa en la Casa Santa Marta, el
Santo Padre meditó en torno a las Lecturas de la Liturgia de ayer y de hoy,
centrándose en los consejos que el apóstol Pablo da al joven obispo Timoteo,
indica Vatican News.
El dinero, raíz de todos
los males
El
centro de la reflexión de Francisco tiene que ver con las cosas que debilitan
la vida ministerial: el dinero, los chismes, “las habladurías y las discusiones
estúpidas”.
Así,
el Pontífice, reiterando el mensaje de la primera lectura en la que Pablo
recuerda que la codicia del dinero es la raíz de todos los males, señala que,
cuando un ministro (sacerdote, diácono u obispo) empieza a apegarse al dinero,
se ata a dicha raíz porque “el diablo entra por los bolsillos”.
Oración y cuidado de los
sacerdotes y diáconos
Después,
el Obispo de Roma recordó que todos los tipos de ministros están llamados a
estar cercanos y que existen cuatro “cercanías”. La primera tarea de un obispo
es orar, dirigirse a Dios, porque “da la fuerza” y también despierta la
conciencia del don ministerial, que no se debe descuidar.
La
segunda cercanía es la de sus sacerdotes y diáconos, sus colaboradores, que son
los más próximos.
“Es
triste cuando un obispo se olvida de sus sacerdotes. Es triste escuchar quejas
de sacerdotes que te dicen: “Llamé al obispo, necesito una cita para decir
algo, y la secretaria me dijo que todo está lleno hasta los tres meses… Un
obispo que siente esta cercanía a los sacerdotes, si ve que un sacerdote lo ha
llamado hoy, a lo sumo mañana debería volver a llamarlo, porque tiene derecho a
saber, a saber que tiene un padre”, remarcó.
Cercanía de los sacerdotes
entre sí
La
tercera cercanía, para el Santo Padre, es entre los sacerdotes, que deben vivirla
y evitar las divisiones, ya que el diablo puede entrar entre el
presbiterio para separarlos.
La
cuarta y última cercanía es al pueblo de Dios y para hablar de ella, Francisco
remite a la carta de Pablo en la que le dice a Timoteo que no se olvide de su
madre y de su abuela, de sus orígenes.
“¡No
te olvides de tu gente, no te olvides de tus raíces! Y ahora, como obispo y
como sacerdote, debes estar siempre cerca del pueblo de Dios. Cuando un obispo
rompe con el pueblo de Dios termina en un ambiente de ideologías que no tiene
nada que ver con el ministerio: no es un ministro, no es un siervo. Ha olvidado
el don – gratuito – que le fue dado”, subrayó durante la homilía.
En
definitiva, el Pontífice insistió en que no se olvidaran de practicar las
“cuatro cercanías”: a Dios, a la oración; la cercanía de los sacerdotes por
parte del obispo y de los sacerdotes con el obispo; la cercanía de los
sacerdotes entre sí y de los obispos entre sí; así como la cercanía al
pueblo de Dios, expuso el citado medio vaticano.
Larissa
I. López
Fuente:
Zenit