Palabras
del relator general
![]() |
El Cardenal Hummes
pronuncia su relación en la apertura del Sínodo de La Amazonía,
7 de octubre 2019
© Vatican Media
|
Con
respecto al Sínodo Amazónico, el cardenal Hummes ha recordado el mensaje del
Papa sobre una Iglesia que “necesita caminar”, señalando que debe “abrir sus
puertas de par en par, derrumbar los muros que la rodean y construir puentes,
salir y echar a caminar a lo largo de la historia”, en definitiva, ser “Iglesia
‘en salida’”. Y esta salida se ha de producir “para encender luces y calentar
corazones que ayuden a la gente, las comunidades, los países y la humanidad
toda a encontrar el sentido de la vida y de la historia”.
Hoy,
7 de octubre de 2019, han comenzado los trabajos del Sínodo Especial “Amazonía:
Nuevos Caminos para la Iglesia y para una Ecología Integral”. Después del discurso del Santo Padre y de la Relación del secretario general, el cardenal Lorenzo
Baldisseri, ha tenido lugar la presentación de la Relación
Introductoria del relator general, el cardenal Cláudio Hummes, arzobispo
emérito de Sao Paulo (Brasil), presidente de la Comisión Episcopal para la
Amazonia de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil y presidente de la Red
Eclesial Panamazónica (REPAM).
Las
luces a las que alude el presidente de la REPAM son “primeramente, el anuncio
de la persona y el reino de Jesús Cristo muerto y resucitado, y la práctica de
la misericordia, la caridad y la solidaridad sobre todo para con los pobres,
los que sufren, los olvidados y los marginados del mundo actual, los migrantes
y los indígenas”.
Nuevos caminos
evangelizadores
Igualmente,
remitiendo al título del Sínodo en el que se incluyen las palabras “nuevos
caminos”, invitó a no temer a la novedad, ya que “en toda la historia de la
salvación, cuando Dios se revela, aparece su novedad —Dios ofrece siempre
novedad—, transforma y pide confianza total en Él”, y, por tanto, no debemos
tener miedo a ella.
Por
otro lado, remarcó que “es justo recordar, reconocer y exaltar, en este sínodo,
la historia de heroísmo – y con frecuencia de martirio – de todos los
misioneros y las misioneras de antaño, y también de aquellos y aquellas que se
encuentran hoy en la Panamazonía”. Al lado de ellos, continuó, “siempre ha
habido líderes laicos e indígenas que por su heroico testimonio a menudo han
sido asesinados, y siguen siéndolo”. Y destacó el papel de la Iglesia a la hora
de proporcionar servicios en salud, lucha contra la pobreza y violación de
derechos humanos en la consabida región.
Después,
el purpurado, se refirió a que el principal objetivo de este Sínodo es
identificar “nuevos caminos de evangelización”, especialmente para los
indígenas, un colectivo frecuentemente olvidado.
En
este sentido, la misión en la Amazonía requiere una atención especial a la
interculturalidad, “porque las culturas son muchas y muy diversificadas, aunque
tienen raíces en común. La tarea de la inculturación y la interculturalidad se
desarrolla ante todo por la liturgia, el diálogo interreligioso y ecuménico, la
piedad popular, la catequesis, la convivencia mediante el diálogo cotidiano con
las poblaciones autóctonas, las obras sociales y caritativas, la vida
consagrada y la pastoral urbana”.
Ecología integral
Por
otra parte, apuntó que “la Iglesia de la Amazonia está consciente de que
su misión religiosa, consistentemente con su fe en Jesús Cristo, implica ‘el
cuidado de la Casa Común’” y que “este vínculo es la prueba de que el grito de
la tierra y el grito de los pobres de la región son el mismo grito”.
Y
agregó que “quizá la vida en la Amazonia nunca haya sido tan amenazada como
ahora ‘por la destrucción y explotación ambiental, por la sistemática violación
a los derechos humanos básicos de la población amazónica. En especial la
violación de los derechos de los pueblos originarios, como ser el derecho al
territorio, a la auto-determinación, a la demarcación de los territorios, y a
la consulta y consentimiento previos’ (IL,14)”.
Así,
la propuesta de una “ecología integral” implica saber que “seres humanos y
naturaleza están conectados: todos los seres vivos del planeta son hijos de la
tierra. El cuerpo humano está formado por el ‘polvo de la tierra’ en el cual
Dios ‘sopló’ aliento de vida, según reza la Biblia (cf. Gen 2,7). Por ello,
“todo lo que daña a la tierra, daña a los seres humanos y todos los otros seres
vivos del planeta”.
Migración y escasez de
sacerdotes
En
cuanto al fenómeno de la migración de los indígenas hacia las ciudades, el
arzobispo expresó que existen “miles de personas que necesitan una atención
concreta y misericordiosa a fin de no sucumbir humana y culturalmente a la
miseria, el desamparo, el desprecio y el rechazo que en los centros urbanos
provocan en su interior un vacío desesperante. ‘El indígena en la ciudad es un
migrante, un ser humano sin tierra y un sobreviviente de una batalla histórica
por la demarcación de su tierra, con su identidad cultural en crisis’” (IL,
132).
Al
mismo tiempo, señaló la falta de presbíteros, que no permite una pastoral
cotidiana y la importancia de celebrar la Eucaristía al menos en domingo, algo
fundamental para el desarrollo pleno de las comunidades. Este es el motivo por
el que las comunidades indígenas solicitaron la ordenación sacerdotal de
hombres casados que habitan en estas comunidades remotas y que el papel de las
mujeres, sea “reconocido y fortalecido” a través de la creación de un
ministerio, ya que son muchas las que se encuentran al frente de los grupos de
fieles.
El agua y la selva
Sobre
el agua, destacó que solo el Amazonas “arroja cada año en el océano Atlántico
el 15% del total de agua dulce del planeta. Por ello la Amazonia es esencial
para la distribución de las lluvias en otras regiones remotas de América del
Sur y contribuye a los grandes movimientos de aire alrededor del planeta”.
Y
habló sobre la función de la selva y de los pueblos indígenas: “En la Amazonia
la selva cuida del agua y el agua de la selva, produciendo juntas la
biodiversidad; por su parte, los pueblos indígenas son los guardianes
milenarios de este sistema”.
Finalmente,
el relator propuso el desarrollo de algunos temas durante las labores de esta
asamblea sinodal: Iglesia en salida en la Amazonia y sus nuevos caminos; el
rostro amazónico de la Iglesia: inculturación e interculturalidad en ámbito
misional-eclesial; la ministerialidad en la Iglesia de la Amazonia:
presbiterado, diaconado, ministerios, el papel de la mujer; la acción de la
Iglesia en el cuidado de la Casa Común: escuchar a la tierra y a los pobres;
ecología integral: ambiental, económica, social y cultural; la Iglesia
amazónica en la realidad urbana; la cuestión del agua; y otros.
Larissa
I. López
Fuente:
Zenit






