El
Pontífice exhortó a todos los fieles a mantener vivo el deseo y la
responsabilidad por la comunión, el diálogo y el encuentro con todos, sin
excepción
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Antoine Mekary | ALETEIA |
“La
Iglesia no es una fortaleza cerrada, sino una tienda de campaña capaz de
agrandarse para recibir a todos: es una Iglesia en salida, una Iglesia con las
puertas siempre abiertas”, dijo el papa Francisco sobre la naturaleza de la
misión eclesial en la Plaza de San Pedro este miércoles 23 de octubre de 2019.
Luego mirando
al público sostuvo: “Cuando veo alguna pequeña iglesia aquí, en
esta ciudad, o cuando la vi en la otra diócesis de donde vengo, con las puertas
cerradas, esta es una mala señal. Las
iglesias siempre deben tener las puertas abiertas porque este es el símbolo de
lo que es una iglesia: siempre abierta”.
El Papa predicó sobre las enseñanzas del período apostólico
de una Iglesia que no tenía miedo a evangelizar, pese a las dificultades y se
volvió en una oportunidad de alargar el horizonte donde llevar la buena semilla
de la Palabra. “Los cristianos no se asustan. Deben escapar, pero lo hacen con
la Palabra”.
“La Iglesia está “llamada a ser siempre la
casa abierta del Padre”. […] Así, si alguien quiere seguir un movimiento del
Espíritu y se acerca buscando a Dios, no se encontrará con la frialdad de una
puerta cerrada“(ibid., 47), abundó.
Francisco ha continuado el ciclo de catequesis sobre los Hechos
de los Apóstoles, centrada sobre la reflexión del tema: “Dios
había abierto las puertas de la fe a los pueblos paganos” (14,27).
La misión de Pablo y Bernabé y el concilio de Jerusalén (15, 7-11).
Paganos
Asimismo, recordó que fue en
Antioquía de Siria, donde por primera vez “los creyentes fueron llamados
cristianos”. Pablo y Bernabé inician el primer viaje misionero. Pero,
no sin problemas por resolver y controversias: algunos judíos afirmaban la
necesidad de la circuncisión para la salvación.
“En las diferentes comunidades,
de la predicación del Evangelio en las Sinagogas de la diáspora se pasó al anuncio
a los paganos, que Dios también llama a la fe. Esta novedad
de apertura a otros desencadenó una controversia”.
Encuentro
Luego explicó que para “resolver
esta cuestión, recurrieron a la “Asamblea de los Apóstoles y de los Ancianos”,
y tuvo lugar el así llamado “Concilio de Jerusalén”, en el que se afrontó la
relación entre la fe en Cristo y la observancia de la ley de Moisés”.
Francisco
aseguró que los apóstoles misioneros rechazaron la idolatría, pero acompañaron a todos los pueblos,
especialmente aquellos considerados ‘paganos’ para que encontraran la salvación.
“Pedro y Santiago, columnas de
la Iglesia Madre, invitaron a no imponer
la circuncisión a los paganos que se convertían a la fe, sino sólo a que
rechazaran la idolatría y todas sus expresiones, pues sólo la gracia del Señor
Jesús es causa de salvación.
Sínodo
Asimismo, ilustró que la
Asamblea de Jerusalén nos enseña cómo enfrentar las divergencias y buscar “la
verdad en la caridad” (Ef 4,5), nos ayuda a entender que la Sinodalidad es el método
eclesial para reflexionar y confrontarse, basado
en el diálogo y en el discernimiento a la luz del Espíritu Santo.
Indicó que el texto de los
Hechos de los Apóstoles nos ayuda a entender la sinodalidad. “La
presencia del Espíritu Santo es propia de la sinodalidad, de lo
contrario no es sinodalidad, es el salón, el parlamento, otra cosa …”, destacó
el Papa, cuando falta una semana para el final del Sínodo Amazónico que se
desarrolla en el Vaticano (6-27 de octubre de 2019).
Comunión
Por último, saludó a los fieles
presentes en la Plaza de San Pedro: “Pido al Señor que refuerce en nosotros y
en todos los cristianos, especialmente en los obispos y presbíteros, el deseo y la responsabilidad por la comunión,
el diálogo y el encuentro con todos los hermanos, sin excepción, para
manifestar la fecundidad de la Iglesia, llamada a ser Madre
feliz de muchos hijos. Que Dios los bendiga”.
Después, el Papa ha saludo a los
grupos de fieles presentes. Luego hizo un llamado
por la situación en Chile. La audiencia general concluyó con el canto del Padre
Nuestro y la bendición apostólica.
Ary Waldir Ramos Díaz
Fuente: Aleteia