Hoy, el Señor me regala la
oportunidad de estar entre ustedes como peregrino misionero tras los pasos de
grandes testigos de la fe
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| Antoine Mekary | ALETEIA |
#ViajeApostólicoJapón,
el Pontífice ha llegado después de 6 horas de viaje a Tokyo y pronunció su
primer discurso a los obispos de Japón en la Nunciatura Apostólica. “Una
Iglesia martirial puede hablar con mayor libertad, especialmente al abordar
cuestiones urgentes de paz y justicia en nuestro mundo”
El papa Francisco confió hoy a los obispos de
Japón su deseo juvenil de venir a Japón como misionero. En su primer discurso y
con su humor, se ganó el corazón de los prelados japoneses, asegurando que ese
anhelo misionero se cumplió “algo tarde”, tras casi 56 años, cuando lo soñaba
siendo novicio jesuita, pero que por motivo de la oblación en un pulmón, no se
cumplió hasta hoy, 23 de noviembre de 2019, al llegar a Tokio procedente de
Tailandia y ya como Sucesor de Pedro.
“No sé si sabrán, pero desde joven sentía
simpatía y cariño por estas tierras. Han pasado muchos años de aquel impulso
misionero cuya realización se hizo esperar. Hoy, el Señor me regala la
oportunidad de estar entre ustedes como peregrino misionero tras los pasos de
grandes testigos de la fe. Se cumplen 470 años de la llegada de san Francisco
Javier al Japón,
quien marcó el comienzo de la difusión del cristianismo en esta tierra”.
Francisco agradeció a Dios, junto a los
obispos por todos aquellos que, a lo largo de los siglos, se dedicaron a
sembrar el Evangelio y a servir al pueblo japonés con gran unción y amor; esta
entrega le dio un rostro muy particular a la Iglesia nipona, dijo.
Los mártires de la Iglesia en Japón
Asimismo, rememoró a los “mártires san
Pablo Miki”, que fue un religioso japonés, venerado como santo mártir de la
Iglesia católica. Es conmemorado el 6 de febrero, y “sus compañeros” y en el
beato Justo Takayama Ukon, que en medio de tantas pruebas dio testimonio hasta
su muerte”.
Justo, bautizado a la fe en 1564, fue un
católico japonés daimyō y samurai que vivió durante el periodo Sengoku que fue
testigo del sentimiento anti-religioso japonés. Se entregó
a su fe y estuvo exiliado a Manila donde vivió una vida de santidad hasta su
muerte.
Francisco manifestó que esta “entrega para
mantener viva la fe a través de la persecución ayudó a la pequeña comunidad
cristiana a crecer, consolidarse y dar fruto”.
Mons. Joseph Mitsuaki Takami,
Arzobispo de Nagasaki y Presidente de la Conferencia Episcopal Japonesa, ha
dado la bienvenida el Papa antes de su
discurso en privado. Francisco también tuvo palabras espontáneas de
reconocimiento profundo de 5 siglos de evangelización y admiración por la fe
demostrada por los fieles de una Iglesia que ha pasado momentos de dolor, de
sacrificio y de ‘silencio’ prologando debido a la percusión.
La pequeña iglesia de Japón
El Papa habló de los “cristianos ocultos”,
de la región de Nagasaki, “que mantuvieron la fe por generaciones a través del
bautismo, la oración y la catequesis; auténticas Iglesias domésticas que
resplandecían en esta tierra, quizás sin saberlo, como espejo de la familia de
Nazaret”.
La Iglesia en Japón es pequeña (0,42%),
pero muy respetada por su labor educativa y caritativa tras siglos de intento
de supresión de su misión. La Iglesia en Japón suma 536.000 bautizados.
“Sabemos que la Iglesia en Japón es pequeña
y los católicos son una minoría, pero esto no debe restarle valor a vuestro
compromiso con una evangelización que, en vuestra situación particular, la
palabra más fuerte y clara que pueden brindar es la de un testimonio humilde,
cotidiano y de diálogo con otras tradiciones religiosas”, expresó el Papa.
Además, subrayó, la hospitalidad y el
cuidado que la Iglesia muestra a los numerosos trabajadores extranjeros, que
representan más de la mitad de los católicos de Japón. Algo que muestra, según
el Papa, que la “unión con Cristo es más fuerte que cualquier otro vínculo o
identidad, y es capaz de llegar y alcanzar a todas las realidades”.
La bomba atómica
El papa Francisco dijo a los obispos de
Japón que en honor a la Iglesia martirial abogará por la paz y por un mundo
libre de armas nucleares, como ellos siempre han insistido, además en memoria
de la tragedia de los bombardeos
atómicos de Hiroshima y Nagasaki,
los ataques nucleares ordenados por Harry S. Truman, presidente de Estados
Unidos contra el Imperio de Japón en agosto de 1945 causando la muerte a cerca de 120.000 personas y 130. 000
resultaron heridas.
“Pronto visitaré Nagasaki e Hiroshima donde rezaré por las
víctimas del bombardeo catastrófico de estas dos ciudades, y me haré eco de vuestros propios
llamados proféticos al desarme nuclear”, dijo para evitar nuevas tragedias y
para que estos sean los únicos ataques nucleares de la historia.
“Deseo encontrar a aquellos que aún sufren
las heridas de este trágico episodio de la historia humana, así como a las
víctimas del “triple
desastre”. Su
sufrimiento continuado es un recordatorio elocuente a nuestro deber humano y
cristiano de ayudar a los que sufren en el cuerpo y en el espíritu, y de
ofrecer a todos el mensaje evangélico de esperanza, curación y reconciliación”,
sostuvo.
“El mal no hace acepción de personas y no
pregunta sobre pertenencias; simplemente irrumpe con su vehemencia destructora,
como ha sucedido recientemente con el devastador tifón que ha provocado tantas
víctimas y daños materiales”.
Suicidios y auto exigencia
Por otro lado, lamentó el flagelo que
atenta “contra la vida de algunas personas” en Japón, marcadas “por diversas
razones, por la soledad, la desesperación y el aislamiento”.
El Papa pensó a los jóvenes especialmente
cuando se refirió al “aumento del número de suicidios”, así como “el “bulismo” (ijime), y
diversas formas de auto exigencia”, que “están creando nuevos tipos de
alienación y desorientación espiritual”.
“Busquen priorizar espacios donde la cultura de la eficacia, el
rendimiento y el éxito se vea visitada por la cultura de un amor gratuito y
desinteresado capaz de brindar a todos, y no sólo a los que “llegaron”,
posibilidades de una vida feliz.”
“Una búsqueda creativa, inculturada e
ingeniosa del kerigma puede
tener mucho eco en tantas vidas anhelantes de compasión”, dijo el Papa a los
obispos.
Familias y pastoral en la frontera existencial
El Papa también pidió de trabajar por la
unidad familiar, la educación y
alcanzar a las personas en sus lugares y sus realidades ciudadanas: “el punto
de partida para todo apostolado nace del lugar donde las personas están en sus rutinas
y quehaceres. Allí, tenemos que llegar al alma de las ciudades, de los
trabajos, de las universidades para acompañar con el Evangelio de la compasión
y la misericordia a los fieles que nos fueron confiados”.
Nuevo emperador
También extendió su abrazo y oraciones a
todos “los japoneses en este período marcado por la entronización del nuevo
Emperador y el inicio de la era Reiwa”, es decir la era japonesa que sucedió a
la era Heisei a partir del 1 de mayo de 2019. El emperador Akihito de Japón, de
85 años, abdicó el 30 de abril, siendo sucedido por su hijo Naruhito en el
trono imperial.
“Pedro quiere confirmarlos en la fe, pero
también viene a tocar y dejarse renovar en las huellas de tantos mártires
testigos de la fe; recen para que el Señor me regale esta gracia”, concluyó.
Al final, después de saludar
individualmente a los obispos presentes, el Papa Francisco ha posado para una
foto grupal. El domingo proseguirá su viaje apostólico cuando visitará Nagasaki
e Hiroshima.
Ary Waldir Ramos Díaz
Fuente:
Aleteia






