El
blog de mujeres católicas “Blessed is she” comparte una serie de
consejos para aprender a rezar con tu novio, prometido o esposo
La
autora del artículo, una madre de familia y teóloga llamada Claire
Couche, explica que es importante rezar con el ser amado porque “el
fruto de la oración siempre es un amor auténtico y santo”. Agregó que, al rezar
en pareja, ambos “colocan a Cristo como el fundamento de su relación” y “abren
sus corazones y mentes para escucharlo y seguir Su voluntad”.
Aquí
dejamos las formas de orar en pareja durante las etapas de la relación y en el
matrimonio.
Rezar en el enamoramiento
Couche
señaló que la etapa del enamoramiento es la perfecta oportunidad para construir
una amistad fundada en Jesús, así como para discernir el llamado a la vocación
del matrimonio.
“Es
un regalo poder compartir tu personalidad –gustos, disgustos, alegrías y penas–
con otra persona. Y a cambio, recibes el regalo de su personalidad”, afirmó, y
luego aconsejó tener un espacio para rezar con el novio para así “tener una
perspectiva centrada en Cristo”.
1. Rezar el Rosario en
grupo
Couche
indicó que “orar en voz alta en frente de la persona con la que está saliendo
puede ser intimidante. Las oraciones en grupo permiten que todos participen
según su nivel de comodidad”.
Por
ello, aconsejó invitar a un grupo de amigos para rezar juntos el Rosario y así
comenzar a amar a la Virgen María.
2. Leer juntos las vidas
de santos
Couche
recomendó que ambos digan cuáles son sus santos favoritos y que investiguen
sobre ellos así como leer sus frases, celebrar su fiesta o rezar la novena
dedicada a ellos.
Incluso
pueden nombrar a un santo patrón de su relación, pues ellos “son modelos de
virtud y una fuente de inspiración”.
3. Lean la Biblia
Otra
manera de crecer y orar en pareja es leyendo la Biblia. Couche sugirió que
ambos reflexionen sobre un versículo, hablen de las lecturas de la Misa o sobre
cómo la palabra de Dios ha afectado sus vidas.
“Estén
abiertos a lo que Cristo les revela en la oración”, agregó.
Rezar en el noviazgo
Couche
indicó que el noviazgo es un “maravilloso momento para crecer con tu prometido”
porque ambos se preparan para recibir el sacramento del Matrimonio. Al mismo
tiempo que realizan los preparativos, “apóyense en todas las formas posibles y
recen por la mente, el cuerpo y el alma del otro conforme se acerque el día de
la boda”.
1. Vayan a Misa juntos
La
teóloga estadounidense señaló que en la Misa “estamos unidos con toda la
Iglesia” y que cuando ambos no estén juntos (o tengan una relación a
distancia), “puedan encontrarse verdaderamente en la Eucaristía cada vez que
participen en ella”.
2. Participen en la
Adoración Eucarística
“El
silencio y la quietud que se experimentan durante la Adoración Eucarística
traen sanación y claridad. Programen un tiempo para adorar a Jesús”, recomendó
Couche.
3. Hagan voluntariado
Couche
explicó que es importante realizar un voluntariado porque “durante el noviazgo
es fácil caer en el egocentrismo. El remedio es servir a los necesitados”.
“Algunos
de los días más felices durante nuestro noviazgo fueron pasar un tiempo
sirviendo como voluntarios con las Misioneras de la Caridad”, aseguró.
“Recuerdo sentirme tan humilde por todos los amigos y familiares que
sacrificaron su tiempo y sus regalos para ayudarnos a prepararnos para el día
de nuestra boda”.
Rezar en el matrimonio
Couche
señaló que el objetivo del matrimonio es la salvación y “un continuo morir a
uno mismo y a los egoísmos”. Además, destacó que la oración de los esposos “es
vital para la salud en tu matrimonio” y que “rezar por el otro durante el día
es otra forma de estar juntos cuando los trabajos y ocupaciones cotidianas los
distancian”.
1. Compartan una comida
diaria
La
teóloga contó que una orden de monjes decía a los novicios que el lugar más
sagrado del monasterio, después de la capilla, era la mesa de la cocina.
“Jesús
nos da el ejemplo perfecto en la mesa de la Eucaristía. Él eleva lo ordinario a
lo extraordinario. Nos invita a que hagamos lo mismo. Tómense el tiempo de
compartir una comida juntos ¡Es bueno para el cuerpo y el alma!
2. Confiésense con
frecuencia
Couche
indicó que las piedras angulares del matrimonio son “la misericordia y el amor”
y por eso la confesión frecuente “infunde humildad y paz en nuestros corazones,
en nuestro matrimonio y en nuestro hogar”.
3. Adora a Cristo en tu
esposo
Couche
compartió que durante su peregrinación familiar a Asís (Italia) un sacerdote le
dijo que a diferencia de las horas que ella pasaba adorando a Cristo ante la
Eucaristía cuando era soltera, en las ocupaciones y deberes del matrimonio
también podía adorar a Jesús en su esposo y su hijo.
“Inmediatamente
vi la belleza escondida en mi vocación como esposa y madre: tenía que servir a
Cristo, amar a Cristo, mirar con adoración a Cristo en mi esposo y mi hijo. El
tiempo pasado con Dios debe ser mi prioridad número uno como un seguidor
bautizado de Jesús”, afirmó.
Precisó
que realizando esta práctica, su vida de piedad “ha evolucionado de una forma
bella” y aclaró que también es necesario separar un momento para orar, aunque
sea complicado.
Fuente:
ACI Prensa






