La
fe de que Cristo resucitado venció a la muerte alimenta nuestra esperanza,
afirmó el Papa Francisco en un video mensaje dirigido a las familias para esta
Semana Santa marcada por la pandemia del coronavirus COVID-19
“En
Jesús resucitado, la vida ha vencido a la muerte. Esta fe pascual alimenta
nuestra esperanza. Me gustaría compartirla con vosotros esta noche. Es la
esperanza de un tiempo mejor, en el que también nosotros podamos ser mejores,
finalmente liberados del mal y de esta pandemia. Es una esperanza: la esperanza
no defrauda; no es una ilusión, es una esperanza”, afirma el Pontífice en su
video mensaje difundido este viernes 3 por la Santa Sede.
A continuación, el texto completo de las palabras del Papa
Francisco:
Queridos
amigos, buenas noches,
Esta
noche tengo la oportunidad de entrar en vuestras casas de una manera diferente
a la habitual. Si me lo permitís, me gustaría hablar con vosotros unos momentos
en este período de dificultad y de sufrimientos. Os imagino en medio de
vuestras familias, mientras vivís una vida inusual para evitar el contagio. Pienso
en la vivacidad de los niños y los jóvenes, que no pueden salir, ir a la
escuela, hacer su vida. Llevo en mi corazón a todas las familias, especialmente
a las que tienen algún ser querido enfermo o a las que desgraciadamente están
de luto por el coronavirus u otras causas. En estos días pienso a menudo en las
personas solas para las que es más difícil afrontar estos momentos. Sobre todo
pienso en los ancianos, a los que quiero tanto.
No
puedo olvidar a los que están enfermos a causa del coronavirus, a las personas
ingresadas en los hospitales. Tengo presente la generosidad de los que se
exponen al peligro para curar esta pandemia o para garantizar los servicios
esenciales a la sociedad. ¡Cuántos héroes, de todos los días, a todas las
horas! También recuerdo a los que pasan apuros económicos y están preocupados
por el trabajo y el futuro. Pienso además en los presos en las cárceles, a cuyo
dolor se suma el miedo a la epidemia, por ellos y por sus seres queridos,
pienso en los que carecen de domicilio, que no tienen un hogar que los proteja.
Es
un momento difícil para todos. Para muchos, muy difícil. El Papa lo sabe y, con
estas palabras, quiere expresar a todos su cercanía y su afecto. Intentemos, si
podemos, aprovechar este tiempo lo mejor posible: seamos generosos; ayudemos a
quien lo necesita en nuestro entorno; busquemos, a lo mejor por teléfono o en
las redes sociales, a las personas que están más solas; recemos al Señor por
los que pasan por esta prueba en Italia y en el mundo. Aunque estemos aislados,
el pensamiento y el espíritu pueden llegar lejos con la creatividad del amor.
Es lo que hace falta hoy: la creatividad del amor.
Celebramos
la Semana Santa de una manera verdaderamente inusual, que manifiesta y resume
el mensaje del Evangelio, el del amor ilimitado de Dios. Y en el silencio de
nuestras ciudades, resonará el Evangelio de Pascua. Dice el apóstol Pablo:
"Y murió por todos, para que ya no vivan para sí los que viven, sino para
aquel que murió y resucitó por ellos" (2 Cor 5, 15). En Jesús resucitado,
la vida ha vencido a la muerte. Esta fe pascual alimenta nuestra esperanza. Me
gustaría compartirla con vosotros esta noche. Es la esperanza de un tiempo
mejor, en el que también nosotros podamos ser mejores, finalmente liberados del
mal y de esta pandemia. Es una esperanza: la esperanza no defrauda; no es una
ilusión, es una esperanza.
Los
unos al lado de los otros, en el amor y la paciencia, podemos preparar en estos
días un tiempo mejor. Gracias por dejarme entrar en vuestras casas. Tened un
gesto de ternura con los que sufren, con los niños, con los ancianos. Decidles
que el Papa está cerca y reza para que el Señor nos libre pronto del mal a
todos. Y vosotros, rezad por mí ¡Buena cena, hasta pronto!
Fuente:
ACI Prensa