Tras
haber iniciado la semana pasada un nuevo ciclo de catequesis sobre el tema de
la oración, Francisco ofreció su segunda reflexión en que se refirió a la
oración del cristiano
En
su segunda catequesis sobre la oración, que el Santo Padre ofreció desde la
Biblioteca Privada del Palacio apostólico, Francisco recordó que Dios siempre
está cerca de la puerta de nuestro corazón esperando que le abramos, y que a
veces también llama a esa puerta, pero sin invadir porque es paciente. E invitó
a unirse mañana a una jornada de oración, ayuno y obras de caridad para al
Señor que salve a la humanidad
El
Santo Padre celebró esta mañana la audiencia general, que durante este período
de emergencia sanitaria se lleva a cabo desde la Biblioteca Privada del Palacio
Apostólico, ante la presencia de los prelados que lo acompañan y que proceden a
realizar las lecturas correspondientes en diversos idiomas. Tras haber iniciado
la semana pasada un nuevo ciclo de catequesis sobre el tema de la oración,
Francisco ofreció su segunda reflexión en que se refirió a la oración del
cristiano:
“Rezar no es algo externo
ni marginal a nosotros, sino que es el misterio más íntimo de nosotros mismos,
que nace como una invocación en lo profundo de nuestra persona y se extiende,
buscando un ‘Tú’, que es Dios”
Como
es costumbre, la catequesis se introdujo con una lectura bíblica, en esta
ocasión con algunos versículos del Salmos 63 que manifiesta que Dios es la
satisfacción del alma, tal como lo escribió David cuando estaba en el desierto
de Judá:
Dios, Dios mío eres tú; de
madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra
seca y árida donde no hay aguas. Para ver tu poder y tu gloria, así como te he
mirado en el santuario. Porque mejor es tu misericordia que la vida; mis labios
te alabarán. Así te bendeciré en mi vida; en tu nombre alzaré mis manos (…).
Está mi alma apegada a ti. Tu diestra me ha sostenido.
La oración surge en el corazón
En
nuestro idioma Francisco resumió su catequesis explicando que “la oración nos
pertenece a todos, a los hombres de todas las religiones, y probablemente
también a los que no profesan ninguna”. “La oración – dijo el Papa – surge en
el secreto de nosotros mismos, en ese lugar interior que los autores
espirituales a menudo llaman el ‘corazón’”.
Para Dios no somos
siervos, sino amigos e hijos suyos
Por
otra parte, el Santo Padre afirmó que la oración del cristiano “surge de la
revelación de ese ‘Tú’, con mayúscula, que se ha manifestado y ha venido a
nuestro encuentro, dándonos confianza y revelándonos a Dios como un Padre
bueno, que nos ama y nos comprende, que no nos considera siervos, sino amigos e
hijos suyos”.
El Padre sigue amándonos
Francisco
afirmó que el cristianismo ha abandonado cualquier relación de tipo
"feudal" con Dios. También porque en el patrimonio de nuestra fe no
hay expresiones como "sometimiento", "esclavitud" o
"vasallaje", sino palabras como "alianza",
"amistad", "comunión". De ahí que refiriéndose al gran
razonamiento de despedida que Jesús dirigió a sus discípulos, el Papa recordó
sus palabras: "Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que
hace su patrón; sino que los he llamado amigos, porque todo lo que he oído del
Padre se los he dado a conocer". Ustedes no me han elegido a mí, sino que
yo los he elegido a ustedes y los he destinado para que vayan y den fruto, y
para que su fruto permanezca; para que todo lo que pedirán al Padre en mi
nombre, se los conceda”.
Y
concluyó recordando que en la oración del Padre Nuestro, “Jesús nos enseñó a
pedir a Dios todo lo que necesitamos. No importa si nos sentimos culpables en
nuestra relación con Él, si no hemos sido amigos fieles, ni hijos agradecidos;
Dios continúa amándonos, porque Él siempre es fiel”.
Saludos del Papa
Al
saludar cordialmente a los fieles de lengua española que siguieron esta
catequesis a través de los medios de comunicación social, el Santo Padre los
animó “a entablar esa relación filial, de amistad y confianza con el Señor,
pidiéndole lo que necesitan para su vida y, de manera particular, por aquellos
que están a nuestro lado y sabemos están necesitados, para que Dios, como Padre
bueno, haga brillar su rostro sobre ellos y les conceda la paz”.
Sobre
los fieles de lengua inglesa que se habían conectado y antes de bendecirlos,
Francisco invocó sobre ellos y sus familias, en este tiempo de Pascua, la
alegría y la fortaleza que vienen de Cristo resucitado.
De
la misma manera, al saludar a los fieles de habla francesa el Papa les dejó una
sugerencia: “Cuando oremos, esforcémonos por hablar con Dios con confianza,
como un niño se dirige a su Padre, sin miedo ni distancia. Él siempre está
cerca de nosotros, podemos contarle todo y pedirle todo. ¡Que Dios los
bendiga!”.
A
dirigir su saludo a todos los amigos de lengua alemana, Francisco les dijo:
“Los muchos ejemplos de amor que Dios nos ha dado son una fuerte invitación a
amarnos con todas las personas que encontramos, incluso en estos tiempos en los
que la vida nos obliga a una convivencia un poco difícil. Que el Espíritu Santo
los colme de su caridad y alegría”.
A
los fieles de lengua árabe que también siguieron este encuentro a través de los
medios de comunicación, Francisco les dijo que la oración es la forma de
comunicarse y de escuchar a Dios. A lo que añadió textualmente:
“Con este espíritu acepté
la invitación del Alto Comité de la Hermandad Humana para dedicar la jornada de
mañana, 14 de mayo, a la oración, el ayuno y las obras de caridad. Invito y animo
a todos a unirse a este evento. Unámonos como hermanos para pedirle al Señor
que salve a la humanidad de la pandemia, que ilumine a los científicos y que
cure a los enfermos. ¡Que el Señor los bendiga a todos y los proteja siempre de
todo mal!”
Virgen de Fátima
“Que Nuestra Señora de
Fátima, cuya memoria celebramos hoy, interceda por cada uno de ustedes. Que
Dios los bendiga”
A
los oyentes de habla portuguesa, en este 13 de mayo, el Papa los animó a todos
“a conocer y seguir el ejemplo de la Virgen María”. Y les recordó para ello:
“Tratemos de vivir este mes con una oración diaria más intensa y fiel, sobre
todo con el rezo del Rosario, como recomienda la Iglesia obedeciendo a un deseo
repetidamente expresado en Fátima por Nuestra Señora. Bajo su protección, los
dolores y aflicciones de la vida serán más soportables. ¡Que Dios los
bendiga!”.
También
a los fieles polacos el Santo Padre les recordó, al saludarlos, que hoy
celebramos la memoria litúrgica de Nuestra Señora de Fátima, precisamente en el
día en que se cumplen treinta y nueve años del atentado contra Juan Pablo II en
la Plaza de San Pedro:
“Volvemos con el
pensamiento a sus apariciones y su mensaje transmitido al mundo, así como al
atentando contra San Juan Pablo II, que veía la intervención maternal de la
Santa Virgen en la salvación de su vida. En nuestra oración pidamos a Dios, por
intercesión del Inmaculado Corazón de María, la paz para el mundo, el fin de la
pandemia, el espíritu de penitencia y nuestra conversión. Los bendigo de corazón”
Al
dirigirse a los fieles de habla italiana, en el aniversario de la primera
Aparición a los pequeños videntes de Fátima, el Papa Francisco los invitó “a
invocar a la Virgen María para que cada uno persevere en el amor a Dios y al
prójimo”.
También
dirigió un pensamiento especial a los jóvenes, a los ancianos, a los enfermos y
a los recién casados, a quienes les dijo:
“Recurran constantemente a
la ayuda de la Virgen; en Ella encontramos una madre cariñosa y tierna, refugio
seguro en las adversidades. ¡Mi bendición para todos!”
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