Muchas
veces sus oraciones logran un éxito espectacular, lo que las ha hecho ganar su
peculiar apodo
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Imagen referencial. Crédito: Fundación Cajasol (CC BY-NC-ND 2.0) |
Las
religiosas de claustro de la comunidad carmelita de Tánger (Marruecos) se han
vuelto conocidas en Londres, especialmente en el centro financiero, por sus
oraciones, ganándose el apodo de “artillería pesada”.
Las
religiosas reciben muchas solicitudes de oración, a menudo desesperadas, de
personas católicas y no católicas, las cuales acogen con prontitud. Muchas
veces sus oraciones logran un éxito espectacular, lo que las ha hecho ganar su
peculiar apodo.
En
una entrevista con National
Catholic Register, Antonio Irastorza, un abogado de Londres con oficinas al
lado del corazón del barrio financiero de la ciudad, indicó que conoció a las
religiosas por accidente.
“Las
encontré en enero de 2013, cuando estaba en el sur de España. Crucé a Tánger
desde allí en el ferry, ¡pero no pude volver porque mi ferry se hundió debido a
los fuertes vientos! Uno de los dos únicos lugares para escuchar Misa en Tánger
es el Carmelo, así que fui allí a misa”, señaló.
Irastorza
encontró que las hermanas carmelitas vivían en pobreza extrema y quedó
impresionado por su testimonio de fe en un país islámico.
“Tuve
una conversación con la Madre Priora a través de la rejilla y le pregunté si
podía mantenerme en contacto con el Carmelo por correo electrónico”, explicó.
A
partir de entonces, Irastorza comenzó a enviar a las hermanas muchas peticiones
de oración, y gracias a los favores recibidos en temas laborales o de familia
por sus oraciones, pronto su historia se extendió por todo el barrio financiero
de Londres.
“Una
de las personas que recibió un favor a través de las hermanas describió su
oración como algo similar a la idea militar de ‘artillería pesada’”, indicó el
abogado.
El
Monasterio de Carmelitas Descalzas de la Sagrada Familia y Santa Teresa del
Niño Jesús en Marruecos está conformada por nueve religiosas, dos de España y
una hermana de Portugal, Italia, Ecuador, Colombia, Liberia, Filipinas y Chile.
La
Madre Priora del Carmelo de Tánger, Julia de San José, indicó al Register que
“el día normal de una monja carmelita se equilibra con la soledad y la vida
comunitaria, la recreación y el silencio, el trabajo y las oraciones”.
La
religiosa señaló que las hermanas intentan ayudarse mutuamente a vivir en unión
a Cristo, a través del canto de alabanza, la vida en silencio y la meditación
de la palabra de Dios.
“Hacemos
nuestro trabajo imitando la vida de la Sagrada Familia en Nazaret; y
presentamos todos los días al Señor las alegrías y las penas, la angustia y la
esperanza de la Iglesia y de todos los hombres”, agregó.
La
Madre Priora indicó que, en el mundo islámico, hay monasterios del Carmelo en
Siria y en Egipto. Sin embargo, “en esos lugares hay familias cristianas
nativas que viven allí”, a diferencia de Marruecos, donde no viven laicos
católicos.
Por
esta razón, las hermanas carmelitas se mantienen de la venta de galletas
caseras, mermeladas y pasteles. “También hacemos artículos religiosos como
rosarios y llaveros. Tenemos un hostal donde recibimos grupos durante el
verano”, indicó la Madre Julia de San José.
Sin
embargo, este dinero no siempre alcanza para sus necesidades, por lo que, el
Carmelo también recibe con agradecimiento limosnas de su dedicado grupo de
beneficiarios en Londres.
Recientemente,
las hermanas perdieron el techo del monasterio por un huracán, y necesitaban 50
mil libras (75 mil dólares aproximadamente) para reemplazarlo.
Al
conocer de la difícil situación, Irastorza corrió la voz por la ciudad de
Londres y en cuestión de días, las hermanas tenían el dinero necesario para
reemplazar el techo.
Irastorza
señaló que la cantidad de limosnas recolectada en Londres para las hermanas se
debe a las oraciones que ellas han realizado por muchos de sus amigos y
colegas. Por lo tanto, la buena voluntad que las personas tienen por estas
religiosas se evidencia en las contribuciones financieras que las hermanas han
recibido en su hora de necesidad.
“Las
hermanas nunca hablan de sí mismas”, observó Irastorza. “Lo único que les
interesa es ayudar a otras personas a través de la oración. Su testimonio ha
sido una gran lección para mí de serenidad y abandono a la voluntad de Dios”.
Fuente:
ACI Prensa