Redactado
por la Santa Sede
En
sustitución del Directorio general de la catequesis, aprobado en 1997 por
san Juan Pablo II, el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva
Evangelización presentó el 25 de junio de 2020 un
nuevo Directorio para la Catequesis,, elaborado
en seis años y firmado por Francisco el 23 de marzo de 2020.
El
documento, compuesto de casi 300 páginas, ha sido publicado en seis idiomas:
italiano, español, portugués, inglés, francés y alemán. Pero en el caso del
español, portugués e inglés hay en cada idioma dos traducciones diferentes,
realizadas por las conferencias episcopales o regionales.
La
guía para la acción pastoral busca ser una “verdadera ayuda y apoyo” a la
renovación de la catequesis en el único proceso de evangelización que la
Iglesia no se ha cansado de llevar a cabo desde hace dos mil años, “para que el
mundo pueda encontrar a Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios hecho hombre para
nuestra salvación”.
A
continuación, resumimos en seis puntos las novedades del nuevo documento, en
comparación con los dos anteriores referentes: El primero de 1971, Directorio
catequístico general, y el segundo de 1997, Directorio general de la
catequesis.
1. Inculturación. La Iglesia se
enfrenta a un gran desafío que se concentra en la nueva cultura con la que se
encuentra, la digital. El nuevo Directorio está muy atento a los signos de
los tiempos y trata de interpretarlos a la luz del Evangelio – como dice la
Constitución Pastoral del Concilio Vaticano II, Gaudium et spes.
En
efecto, estos son los principales desafíos de una cultura digital, el contexto
de la transmisión de la fe en la familia en su composición intergeneracional.
Además,
el nuevo Directorio presta gran atención a todas las cuestiones relacionadas
con la crisis ecológica y, en cuanto a la catequesis, se refiere a la Encíclica
Papal Laudato si´.
2. Dimensión sinodal. La invitación a
vivir cada vez más la dimensión sinodal –en orden a los últimos Sínodos que ha
vivido la Iglesia—es una razón más de carácter teológico y eclesial que ha
llevado a redactar este Directorio.
Así,
tratando los temas de la evangelización y de la catequesis, se han celebrado en
2005 La Eucaristía, fuente y cumbre de la vida y misión de la Iglesia;
en 2008 La Palabra de Dios en la vida y misión de la Iglesia; en
2015 La vocación y misión de la familia en la Iglesia y en el mundo
contemporáneo; en 2018 Los Jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional.
Más
concretamente, hay dos sucesos que marcan de manera complementaria la historia
de este última década en lo que respecta a la catequesis: el Sínodo sobre la Nueva
evangelización y la transmisión de la feen 2012, con la consiguiente
Exhortación Apostólica del Papa Francisco Evangelii gaudium, y el 25º aniversario de
la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica, ambos directamente de
la competencia del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva
Evangelización.
3. Misericordia: Anuncio
del kerygma.
El corazón de la catequesis es el anuncio de la persona de Jesucristo, que va
más allá de los límites del espacio y del tiempo para presentarse a cada
generación como la novedad que se ofrece para alcanzar el sentido de la vida.
En esta perspectiva, se indica una nota fundamental que la catequesis debe
hacer suya: la misericordia.
El kerygma es
anuncio de la misericordia del Padre que sale al encuentro del pecador, no
considerado más como un excluido sino como un invitado privilegiado al banquete
de la salvación que consiste en el perdón de los pecados. Si se quiere, es en
este contexto que la experiencia del catecumenado toma fuerza como experiencia
del perdón ofrecido y de la vida nueva de comunión con Dios que se sigue de
ahí.
4. “Conversión pastoral”. Es urgente llevar a
cabo una “conversión pastoral” para liberar a la catequesis de ciertos lazos
que le impiden ser eficaz. De este modo, en el nuevo texto se propone la
revisión del vínculo entre la evangelización y el catecumenado en sus diversas
acepciones.
En
este aspecto, se plantean tres retos: El primero se puede identificar con el
esquema de la escuela, según el cual la catequesis de la iniciación cristiana
se vive sobre el paradigma de la escuela.
El
segundo es la mentalidad según la cual la catequesis se hace para recibir un
sacramento. Es obvio que una vez terminada la Iniciación, se crea un vacío para
la catequesis. A partir de la Carta Apostólica Amoris laetitia, el nuevo Directorio
promueve también el desarrollo de un catecumenado-matrimonio en este sentido en
analogía con el proceso de iniciación, para poner de relieve la fase
preparatoria del matrimonio en su significado catequético.
En
tercer lugar, la “instrumentalización del sacramento por parte de la pastoral”,
de modo que los tiempos de la Confirmación se establecen por la estrategia
pastoral de no perder el “pequeño rebaño de jóvenes” que queda en la parroquia
y no por el significado que el sacramento posee en sí mismo en la economía de
la vida cristiana, advierte Mons. Rino Fisichella, prefecto del Consejo para la
Nueva Evangelización.
5. Ayuda para entrar
progresivamente en el misterio de la fe. El Directorio hace suya esta visión cuando
pide expresar una catequesis que sepa hacerse cargo de mantener unido el
misterio aunque lo articule en las diversas fases de expresión.
Esta
nueva guía presenta la catequesis kerygmática no como una
“teoría abstracta”, sino más bien como un instrumento con un fuerte valor
existencial. Esta catequesis encuentra su punto de apoyo en
el encuentro que permite experimentar la presencia de Dios en la vida
de cada uno.
Una
catequesis de este género permite descubrir que la fe es realmente el encuentro
con una persona antes de ser una propuesta moral, y que el cristianismo no es
una religión del pasado, sino un acontecimiento del presente.
6.
Lenguaje de la belleza. El actual documento subraya una idea central de la
Carta Apostólica Evangelii gaudium. En ella el Papa Francisco habla
expresamente de la importancia de la via pulchritudinis como punto de
partida central de la evangelización en la era postmoderna. Se delinea así el
entendimiento de que la belleza no debe ser malinterpretada como esteticismo,
sino más bien –siguiendo los pasos del Papa Benedicto XVI– que la verdad es
bella y la belleza es verdadera.
Rosa
Die Alcolea
Fuente:
Zenit