Un
camino con cruces, pero junto a Jesús
Este
viernes 10 de julio, de la décimo cuarta semana de tiempo ordinario, la
fraterna Angela Alban nos advierte sobre las persecuciones a las que estamos
expuestos los discípulos de Jesús, pero también nos recuerda la certeza de que
el Señor camina con nosotros y, por ende, el discipulado se convierte en un
camino de plenitud.
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Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 10,16-23
Jesús
dijo a sus apóstoles:
Yo
los envío como a ovejas en medio de lobos: sean entonces astutos como
serpientes y sencillos como palomas.
Cuídense
de los hombres, porque los entregarán a los tribunales y los azotarán en sus
sinagogas. A causa de mí, serán llevados ante gobernadores y reyes, para dar
testimonio delante de ellos y de los paganos. Cuando los entreguen, no se
preocupen de cómo van a hablar o qué van a decir: lo que deban decir se les
dará a conocer en ese momento, porque no serán ustedes los que hablarán, sino
que el Espíritu de su Padre hablará en ustedes.
El
hermano entregará a su hermano para que sea condenado a muerte, y el padre a su
hijo; los hijos se rebelarán contra sus padres y los harán morir. Ustedes serán
odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquél que persevere hasta el fin
se salvará.
Cuando
los persigan en una ciudad, huyan a otra. Les aseguro que no acabarán de
recorrer las ciudades de Israel, antes de que llegue el Hijo del hombre.
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