“Voces
y experiencias de las fronteras”
El
Papa Francisco ha recibido en el Vaticano a una delegación de participantes del
proyecto europeo sobre migración “Snapshots
From The Borders” (“Voces y experiencias de las fronteras”),
acompañados por el alcalde de Lampedusa y Linosa.
Según
su sitio web, el proyecto tiene por objeto “mejorar la comprensión crítica
de los encargados de adoptar decisiones a nivel europeo, nacional y local y de
la opinión pública acerca de las interdependencias mundiales que determinan las
corrientes migratorias hacia las fronteras europeas, con la perspectiva de
alcanzar los objetivos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)”.
Específicamente,
la iniciativa “tiene por objeto fortalecer una nueva red horizontal y activa
entre las ciudades que se enfrentan directamente a las corrientes migratorias
en las fronteras de la Unión Europea (UE), como forma de promover una
coherencia normativa más eficaz a todos los niveles (europeo, nacional,
local)”.
Un escenario complejo
En
sus palabras, el Santo Padre ha resaltado que “el escenario actual de la
migración es complejo y a menudo tiene consecuencias dramáticas” y que “los
retos son muchos e interpelan a todos. “Ninguno puede permanecer indiferente
ante las tragedias humanas que se consuman en las diferentes regiones del
mundo”, como las que ocurren en el Mediterráneo, donde muchos huyen de la
guerra.
Frente
a los desafíos en este campo, Francisco resalta que “es evidente que la solidaridad concreta y la
responsabilidad compartida, tanto a nivel nacional como internacional, son
indispensables” e insistió en que “debemos actuar juntos, no solos”.
Al
mismo tiempo, el Papa considera fundamental “cambiar la forma de ver y de
contar la migración: se trata de poner en el centro a las personas, los rostros
y las historias” destacó proyectos como “Snapshots From The Borders”, que
tratan “de proponer planteamientos diversos inspirados en la cultura del
encuentro que es el camino hacia un nuevo humanismo”.
Fronteras
como “ventanas”
En
esta labor, “los habitantes de las ciudades y de los territorios de frontera –
las sociedades, las comunidades, las Iglesias – están llamados a ser los
primeros actores de este cambio de rumbo, gracias a las continuas oportunidades
de encuentro que les ofrece la historia”.
“Las
fronteras, que siempre se han considerado como barreras de división, pueden
convertirse, en cambio, en ‘ventanas’, espacios de conocimiento mutuo, de
enriquecimiento recíproco, de comunión en la diversidad; pueden convertirse en
lugares en los que se experimentan modelos para superar las dificultades que
los nuevos arribos suponen para las comunidades autóctonas”, apuntó.
***
Discurso
del Santo Padre
Queridas
hermanas y hermanos,
Doy
la bienvenida a los que os habéis unido al proyecto “Snapshots from the
borders”. Agradezco al Sr. Salvatore Martello, alcalde de Lampedusa y Linosa,
las palabras que me ha dirigido en nombre de todos. Y os doy las gracias
también por esta bella cruz, tan significativa, que habéis traído. Gracias.
El
vuestro es un proyecto con visión de futuro. Su objetivo es promover una
comprensión más profunda de la migración para permitir a las sociedades
europeas dar una respuesta más humana y coordinada a los retos de las
migraciones contemporáneas. La red de autoridades locales y organizaciones de
la sociedad civil que surgió de este proyecto aspira a contribuir positivamente
al desarrollo de políticas de migración que respondan a este propósito.
El
escenario actual de la migración es complejo y a menudo tiene consecuencias
dramáticas. Es necesario estudiar y comprender mejor las interdependencias
mundiales que determinan las corrientes migratorias. Los retos son muchos e
interpelan a todos. Ninguno puede permanecer indiferente ante las tragedias
humanas que se consuman en las diferentes regiones del mundo. Entre ellas, nos
interpelan con frecuencia las que tienen como teatro al Mediterráneo, un mar de
frontera, pero también de encuentro de culturas.
En
febrero pasado, durante el encuentro -muy positivo- con los obispos del
Mediterráneo, en Bari, recordé cómo “Entre los que más sufren en el área del
Mediterráneo, están los que huyen de la guerra o dejan su tierra en busca de
una vida humana digna. […] Somos conscientes de que en diferentes contextos
sociales existe un sentido de indiferencia e incluso de rechazo[…]. La
comunidad internacional se ha quedado en intervenciones militares, mientras que
debería construir instituciones que garanticen la igualdad de oportunidades y
lugares donde los ciudadanos tengan la posibilidad de asumir el bien común.
[…]. Al mismo tiempo, no aceptemos nunca que quien busca la esperanza cruzando
el mar muera sin recibir ayuda […] Por supuesto, la hospitalidad y la
integración digna son etapas de un proceso difícil; sin embargo, es impensable
poder enfrentarlo levantando muros” (Discurso, 23 de febrero de 2020).
Frente
a estos desafíos, es evidente que la solidaridad concreta y la responsabilidad
compartida, tanto a nivel nacional como internacional, son indispensables. “La
pandemia actual ha puesto de relieve nuestra interdependencia: todos estamos
vinculados, los unos con los otros, tanto en el bien como en el mal”.
(Audiencia General, 2 de septiembre de 2020). Debemos actuar juntos, no solos.
También
es fundamental cambiar la forma de ver y de contar la migración: se trata de
poner en el centro a las personas, los rostros y las historias. De ahí la
importancia de los proyectos como el vuestro, que tratan de proponer
planteamientos diversos inspirados en la cultura del encuentro que es el camino
hacia un nuevo humanismo. Y cuando digo “nuevo humanismo” no lo digo solo como
una filosofía de vida, sino también como una espiritualidad, como un estilo de
comportamiento.
Los
habitantes de las ciudades y de los territorios de frontera – las sociedades,
las comunidades, las Iglesias – están llamados a ser los primeros actores de
este cambio de rumbo, gracias a las continuas oportunidades de encuentro que
les ofrece la historia. Las fronteras, que siempre se han considerado como
barreras de división, pueden convertirse, en cambio, en “ventanas”, espacios de
conocimiento mutuo, de enriquecimiento recíproco, de comunión en la diversidad;
pueden convertirse en lugares en los que se experimentan modelos para superar
las dificultades que los nuevos arribos suponen para las comunidades
autóctonas. Os animo a seguir trabajando juntos por la cultura del encuentro y
la solidaridad. Que el Señor bendiga vuestros esfuerzos y que la Virgen os
proteja así como a las personas para las que trabajáis. Rezo por vosotros, y
vosotros, por favor, no os olvidéis de rezar por mí. Que el Señor os bendiga a
todos, a vuestro trabajo y vuestros esfuerzos para ir adelante en este sentido.
Gracias.
Larissa
I. López
© Librería
Editorial Vaticana
Fuente:
Zenit





