NUESTROS MOVIMIENTOS EN COPEI JORNADA FESTIVA 1 DE JUNIOJORNADAS DE FORMACIÓN DE LAICOSNOTICIAS POR CATEGORIASDICASTERIO PARA LOS LAICOSCOMISIÓN EPISCOPAL DE AP. SEGLARMOVIMIENTOS Y ASOCIACIONES
/div>
23.9.23
¿CÓMO ENCONTRAR AL HOMBRE QUE DIOS PENSÓ PARA TI?
Averigua si el hombre del que estás enamorada
es la persona ideal con quien puedes compartir toda la vida
Shutterstock
El fenómeno
del amor es algo maravilloso. Dios pensó en alguien con quien podrás crecer.
Una persona que te ayudará a ser tu mejor versión e impulsarte a desarrollar
tus talentos.
Reconocer a esa persona requiere
pasar por el noviazgo, un tiempo para conocerse, tratarse y descubrirse mutuamente. Un
tiempo para ir construyendo un vínculo que nos permitirá saber si es posible compartir nuestra vida y construir un proyecto
común de acuerdo a ese propósito de felicidad que Dios quiere para ti.
Que te
conozca como realmente eres
Alguien que te mire profundamente.
Que busque tu corazón y quiera conocer tu persona. Que te quiera no por lo que
tienes o por lo que haces, sino por quien eres. Con el paso del tiempo la
identidad de la persona es la única que permanece.
Cuando un hombre te mira tal y como
eres, puede ayudarte a conocerte mejor y desarrollarte sacando a la luz lo
mejor de ti.
Un hombre que te ve de este modo no
quiere una parte de ti, te
quiere completamente, con tus virtudes y tus defectos y busca involucrarse al
100% para toda la vida contigo.
Que
te reafirma en sus acciones
No es suficiente tener buenos
deseos. Es primordial concretar el amor con acciones que te reafirmen y te
muestren su valor. Son buenos indicios cuando te da las gracias por las buenas
obras, o cuando ves gestos que demuestren su generosidad o cuando se
alegra de logros alcanzados por ti y por otros.
Si recibes un trato donde prime el
respeto y la ternura en los pequeños detalles puedes alegrarte porque esos
gestos indican que reconoce ciertas cualidades por las que mereces ser tratada
con esa delicadeza con quien necesita ser cuidado y protegido.
Que
ante todo quiera tu felicidad
La felicidad propia no depende
totalmente del otro, pero el hecho de que la quiera para ti significa que tiene
un compromiso real por buscarla poniéndote en un lugar prioritario. El amor no es egoísta. Quiere
el bien del otro incluso cuando eso signifique avanzar lentamente, hacer
renuncias y pasar por sacrificios.
Un hombre
que quiere tu felicidad estará dispuesto sobre todo a ser tu amigo. La amistad busca el bien del otro, permite disfrutar del tiempo
compartido, hacer actividades que nos enriquecen y fomentar el diálogo.
Genera buenos recuerdos y fortalece
la confianza y el conocimiento mutuo que son esenciales para una relación de
amor saludable.
Que
te atraiga físicamente
La dimensión física del amor es
importante. No alcanza con tener un interés mutuo o una fuerte devoción o
valores compartidos. Esto no significa que cada hombre atractivo que vemos es
el correcto, así como tampoco pretender que sea el modelo perfecto.
Quedarnos en la apariencia es una
limitación porque es el amor concentrado sobre el valor de la persona el que
hace que lo amemos tal como es: no la idea que nosotros nos hacemos, sino el
ser real.
Pero aunque no sea el único
componente del amor, sentir atracción es un elemento fundamental que habla
sobre algo más que un profundo afecto.
Que
comparta tus valores
Los valores son las creencias
fundamentales que afectan las decisiones que tomamos a lo largo de nuestra
vida. Hablamos de cuestiones como la educación de los hijos, por ejemplo. Cada
uno de nosotros está constantemente tomando decisiones basadas en lo que nos
parece «correcto».
Cuando aceptamos algo que no encaja
con nuestros valores centrales nos sentimos incómodos y de algún modo
deshonestos con nosotros mismos. Es importante compartir estos valores
fundacionales como base para construir una relación con futuro.
Que
esté abierto a Dios
Dios nos da la oportunidad para
amar, pero la elección que hacemos de esa persona es un acto de amor personal
muy grande que requiere de una reflexión responsable en aspectos prácticos de
la vida para saber si es posible compartirla.
Una persona que acepta darle un espacio a Dios en su vida,se convierte
en un canal a la bondad y al perdón, una fuente
de amor que puede hacer crecer la relación y llevarla a vivirla con fe. No es
una noción de fantasía, sino lo que permite vivir lo extraordinario. El diseño
de amor de Dios que nos puede llevar a un vínculo feliz y santo.