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Homilía del Papa en el encuentro de Oración por la Paz © Vatican Media |
Para el Santo Padre, esta carencia de
amor es “la causa profunda de nuestros males personales, sociales,
internacionales, ambientales. Pensar solo en sí mismo es el padre de todos los
males”.
En
torno a las 16 horas de la tarde en Roma, los líderes de las grandes religiones
del mundo rezaron en lugares separados dentro de la Ciudad Eterna para después
congregarse en la ceremonia común celebrada en la Plaza del Capitolio.
El
Papa y cristianos de otras confesiones rezaron junto con el patriarca de
Constantinopla Bartolomé I y los representantes de las diversas iglesias
ortodoxas y protestantes.
“Sálvate a ti mismo”
Francisco,
en la homilía que pronunció en dicho momento de oración, tras mencionar el pasaje
bíblico sobre la Pasión de Jesús, habló de la tentación del “Sálvate a ti
mismo”, esto es, “la tentación de pensar solo en protegerse a sí mismo o al
propio grupo, de tener en mente solamente los propios problemas e intereses,
mientras todo lo demás no importa”.
Repasando
varios momentos en los que las personas llaman a Jesús a salvarse a sí mismo
por egoísmo, Francisco destaca que “el ‘evangelio’ del sálvate a ti mismo no es
el Evangelio de la salvación. Es el evangelio apócrifo más falso, que carga las
cruces sobre los demás. El Evangelio verdadero, en cambio, carga con las cruces
de los otros”.
“La cruz nos hace hermanos”
En
este sentido, el Pontífice recordó que en el Calvario tuvo lugar “el gran duelo
entre Dios que vino a salvarnos y el hombre que quiere salvarse a sí mismo;
entre la fe en Dios y el culto al yo; entre el hombre que culpa y Dios que
perdona”.
De
la cruz, “brota el perdón, renace la fraternidad: ‘La cruz nos hace hermanos’”,
aclaró, y los brazos de Jesús, abiertos en la cruz, “marcan un punto de
inflexión, porque Dios no señala con el dedo a nadie, sino que abraza a todos”.
“Porque solo el amor apaga el odio, solo el amor vence a la
injusticia. Solo el amor deja lugar al otro. Sólo el amor es el camino para la
plena comunión entre nosotros”, subrayó.
Por todo ello, el Obispo de Roma
exhortó a pedir al crucificado “la gracia de estar más unidos, de ser más
fraternos” y a que cuando estemos tentados de seguir la lógica del mundo,
“recordemos las palabras de Jesús: ‘Quien quiera salvar su vida, la perderá;
pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará’ (Mc 8,35)”.
“Hacernos
otros” para salvarnos
“Lo que a los ojos de los hombres es
una pérdida, para nosotros es salvación. Aprendamos del Señor, que nos ha
salvado despojándose de sí mismo, haciéndose otro”.
También a nosotros, el Señor nos
invita a “hacernos otros”, a ir al encuentro de los demás, pues “cuanto más
unidos estemos al Señor Jesús, seremos más abiertos y ‘universales’, porque nos
sentiremos “responsables de los demás”.
De este modo, “el otro será el camino
para salvarse a sí mismo: cada semejante, cada ser humano, cualquiera sea su
historia o su religión”, comenzando por los pobres, los más parecidos a Jesús.
Larissa
I. López
Fuente: Zenit