![]() |
PD |
Después de que su regimiento fuera
disuelto, trabajó en un convento capuchino, pero por una herida de guerra en la
pierna y por una serie de acontecimientos, Dios quiso que terminara
en un hospital en Roma donde sus heridas por fin fueron sanadas.
Decidió
trabajar allí como enfermero, y pronto se convirtió en el director del
hospital.
Con el consejo de su director
espiritual, san Felipe Neri,
estudió para hacerse sacerdote y poco
después fundó una orden religiosa dedicada a servir a los enfermos.
Como tenía un conocimiento especial de lo militar y experiencia
como soldado herido, De Lelis y sus compañeros acompañaban a ejércitos y asistían a los
heridos en el campo de batalla.
Para
distinguirse, llevaban una sotana negra con una vívida cruz roja.
Así interpretan los camilianos su
historia:
“Durante la
batalla de Canizza en 1601, el Señor permitió que sucediera un
acontecimiento milagroso que manifestó Su aprobación a la cruz roja de san
Camilo. Mientras los camilianos estaban atareados con los
heridos, la tienda en la que estaban y en la que tenían todo su equipamiento y
suministros quedó completamente destruida y quemada. Todo lo que había dentro fue
destruido, excepto la cruz roja de un hábito perteneciente a uno de los
camilianos que atendía a los heridos en el campo de batalla”.
Sin embargo, aunque los camilianos
eran vistos a menudo en el campo de batalla, su orden no era lo bastante grande
como para acompañar a todos los ejércitos.
Esto implicaba que cada país tenía
símbolos diferentes para representar a sus servicios médicos militares.
Al ver esta
discrepancia, en 1862, y también debido al incremento de los heridos a causa de
la tecnología de las armas de fuego, Henry Dunant propuso mejoras
para ayudar a aliviar la situación:
“Establecer,
en tiempo de paz y en todos los países, grupos de voluntarios que
prestasen ayuda a las víctimas en los campos de batalla; lograr que los países
aceptasen proteger a los voluntarios socorristas y
a los heridos en el campo de batalla”.
Un comité se reunió en 1863 para
considerar sus propuestas y esto es lo que acordó:
“Adoptar un
único signo distintivo, que contara con respaldo jurídico, para indicar la
obligación de respetar a los servicios médicos de las
fuerzas armadas, a los voluntarios socorristas de las sociedades que prestaban
servicios de primeros auxilios y a las víctimas de los conflictos armados. El
símbolo debía ser sencillo, identificable a distancia, conocido por todos e
idéntico para amigos y adversarios. El emblema debía ser el mismo para todos y
reconocible a nivel universal”.
En 1864, la
Primera Convención de Ginebra aprobó la cruz roja sobre un fondo blanco como un
símbolo fácilmente identificable.
“Puesto que el
símbolo debía reflejar la neutralidad de los servicios médicos de las fuerzas
armadas y la protección que se les confería, el emblema adoptado se creó
invirtiendo los colores de la bandera suiza”.
Además, puesto que el blanco se considera tradicionalmente un
símbolo de rendición, el blanco en el campo de batalla sería protegido.
Así que,
aunque la Cruz Roja y los camilianos tienen emblemas similares y una misión casi
idéntica, su inspiración difiere sustancialmente.
Philip Kosloski
Fuente: Aleteia