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Cristo resucitado. Pintura de Raffaellino Del Garbo / Crédito: Wikipedia - Dominio Público |
¿De dónde surge la creencia en la resurrección?
Aunque la creencia en la resurrección comienza cuando el
Señor Jesús resucitó al tercer día después de morir, ya había cierta idea al
respecto entre algunos judíos como los fariseos.
“Los fariseos creían en ángeles y en las almas espirituales
y, en general, en la resurrección de los muertos”, dijo a CNA –agencia en
inglés del Grupo ACI– el diácono Joel Barstad, profesor de Teología del
Seminario Saint John Vianney en Denver (Estados Unidos).
La doctrina cristiana sobre la resurrección se encuentra en
el Catecismo de la Iglesia Católica en los numerales que van del 988 al 1001.
El numeral 989 señala: “Creemos firmemente, y así lo
esperamos, que del mismo modo que Cristo ha resucitado verdaderamente de entre
los muertos, y que vive para siempre, igualmente los justos después de su
muerte vivirán para siempre con Cristo resucitado y que Él los resucitará en el
último día. Como la suya, nuestra resurrección será obra de la Santísima
Trinidad”
“El término ‘carne’ designa al hombre en su condición de
debilidad y de mortalidad. La ‘resurrección de la carne’ significa que, después
de la muerte, no habrá solamente vida del alma inmortal, sino que también
nuestros ‘cuerpos mortales’ volverán a tener vida”.
“Creer en la resurrección de los muertos ha sido desde sus
comienzos un elemento esencial de la fe cristiana. ‘La resurrección de los muertos
es esperanza de los cristianos; somos cristianos por creer en ella’”, señala
luego el numeral 990.
“La salvación es la unidad con Cristo porque Cristo trae el
Reino de Dios y ese Reino se realiza en la resurrección”, dijo a CNA el
profesor de Teología sistemática de la Universidad Católica de América, Michael
Root.
Joel Barstad dijo que “un cristiano es un individuo que
quiere ser realmente alguien ahora y luego de la muerte hasta el fin de los
tiempos, pero para que eso sea posible, voy a necesitar mi cuerpo resucitado y
los demás necesitarán los suyos”, precisó.
¿Por qué los cristianos deben rechazar la reencarnación?
En opinión de Root, las dos razones principales para
rechazar la creencia en la reencarnación son: que se opone a la forma en la que
Cristo ofrece la salvación y porque va en contra de la naturaleza de la persona
humana.
Root explicó que la reencarnación “contradice la imagen de
la salvación que tenemos en el Nuevo Testamento, donde nuestra participación en
la resurrección de Cristo es efectivamente de lo que se trata la salvación” y
“nos da una imagen muy distinta de lo que es ser humano: un ente incorpóreo que
no está relacionado a ningún tiempo específico”.
“El cristianismo toma muy en serio que somos seres con un
cuerpo y, cualquier noción de reencarnación considera que el ser solo tiene una
especie de conexión accidental con cualquier cuerpo específico, porque desde
esa perspectiva uno pasa de un cuerpo a otro y a otro y a otro; y ese no tener
un cuerpo específico termina en la idea de que uno no sabe quién es”, destacó
Root.
El documento vaticano sobre la Nueva Era titulado “Jesucristo
portador del agua de la vida”, señala que “la unidad cósmica y la
reencarnación son irreconciliables con la creencia cristiana de que la persona
humana es un ser único, que vive una sola vida de la que es plenamente
responsable: este modo de entender la persona pone en cuestión tanto la
responsabilidad personal como la libertad”.
Barstad también señaló que la creencia en la reencarnación
no es algo positivo, tampoco para los budistas e hinduistas, quienes la ven
como algo de lo que se debe escapar.
“No conozco una doctrina robusta sobre la reencarnación (…)
que considere la reencarnación de un alma como algo bueno; aunque de repente
algunos hinduistas o estoicos la vean como una necesidad cósmica benigna; pero
ciertamente la aspiración más profunda” de algunos que creen en esto “sea
disolver los nexos de las relaciones temporales y corporales totalmente; es
decir, disolver la relación con el cuerpo de modo que no sea posible otra
reencarnación para un alma. La meta para el alma es entonces convertirse
permanentemente en nadie”, destacó Barstad.
La esperanza de la resurrección
Si bien los cristianos pueden experimentar sufrimiento en la
vida, también pueden vivir la esperanza de que “son amados por Cristo que, a
través de su propia muerte humana y divina; y su resurrección, puede llevarlos
hasta el final y remodelarlos, haciendo algo hermoso a partir de un enredo”,
explicó Barstad.
Los cristianos además esperan la resurrección de los otros,
de sus amigos y seres queridos, “para vivir en un cielo nuevo y una tierra
nueva”.
“Por todo esto evangelizamos, por esto nos arrepentimos de
nuestros errores y perdonamos a quienes nos hacen mal. Por esto rezamos por los
muertos y por esto los santos que ya gozan de la visión beatífica de Dios
también rezan por nosotros”.
Los santos, concluyó el experto, “están todavía involucrados
con el mundo y esperan con nosotros la revelación final de Cristo que nos dará
la resurrección a todos”.
Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado
originalmente por CNA
Fuente: ACI Prensa