23 Lunes de la semana XXXIV del Tiempo Ordinario
Evangelio según Lucas 21, 1-4
En aquel tiempo, levantando los
ojos, Jesús vio a unos ricos que echaban sus donativos en las alcancías del
templo. Vio también a una viuda pobre, que echaba allí dos moneditas, y dijo:
“Yo les aseguro que esa pobre viuda ha dado más que todos. Porque éstos dan a
Dios de lo que les sobra; pero ella, en su pobreza, ha dado todo lo que tenía
para vivir”.
PALABRAS DEL SANTO PADRE
Jesús observa atentamente a esa mujer e indica a los discípulos el fuerte contraste de la escena.
Los ricos han
dado, con gran ostentación, lo que para ellos era superfluo, mientras que la
viuda, con discreción y humildad, ha dado «todo lo que tenía para vivir» (v.
44); por ello —dice Jesús— ella ha dado más que todos. [...] Amar a Dios «con
todo el corazón» significa confiar en Él, en su providencia, y servirlo en los
hermanos más pobres, sin esperar nada a cambio. [...] Ante las necesidades del
prójimo, estamos llamados a privarnos —como esos niños, de la mitad del filete—
de algo indispensable, no sólo de lo superfluo; [...] estamos llamados a dar
enseguida sin reservas algún talento nuestro, no después de haberlo utilizado
para nuestros objetivos personales o de grupo. ÁNGELUS 8 de noviembre
de 2015
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