1 Martes de la I semana de Adviento
En aquella hora Jesús se llenó de la
alegría en el Espíritu Santo y dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar».
Y, volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte:
«¡Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo
que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, y no lo vieron;
y oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron».
PALABRAS DEL SANTO PADRE
Isaías había profetizado el
nacimiento del Mesías en algunos pasajes: «Una virgen concebirá y dará a luz un
hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel» (Is 7,14) y tambièn: «Un retoño brotará
del tronco de Jesé, y un vástago dará fruto de sus raíces». (Is 11,1). En estos
pasajes podemos hallar el significado de la Navidad: Dios cumple su promesa
haciéndose hombre; no abandona a su pueblo, se acerca hasta el punto de
despojarse de su divinidad. De esta manera Dios demuestra su fidelidad e
inaugura un Reino nuevo, que da una nueva esperanza a la humanidad: la vida
eterna. AUDIENCIA GENERAL 21 de diciembre de 2016
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