3 Jueves de la I semana de Adviento
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No todo el que me dice “Señor, Señor” entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca.
PALABRAS DEL SANTO PADRE
Queridos novios, vosotros os estáis preparando para crecer
juntos, construir esta casa, vivir juntos para siempre. No queréis fundarla en
la arena de los sentimientos que van y vienen, sino en la roca del amor
auténtico, el amor que viene de Dios. La familia nace de este proyecto de amor
que quiere crecer como se construye una casa, que sea espacio de afecto, de
ayuda, de esperanza, de apoyo. Como el amor de Dios es estable y para siempre,
así también el amor que construye la familia queremos que sea estable y para
siempre. Por favor, no debemos dejarnos vencer por la «cultura de lo
provisional». Esta cultura que hoy nos invade a todos, esta cultura de lo
provisional. ¡Esto no funciona! Por lo tanto, ¿cómo se cura este miedo del
«para siempre»? Se cura día a día, encomendándose al Señor Jesús en una vida
que se convierte en un camino espiritual cotidiano, construido por pasos, pasos
pequeños, pasos de crecimiento común, construido con el compromiso de llegar a
ser mujeres y hombres maduros en la fe. PAREJAS DE NOVIOS QUE SE PREPARAN PARA
EL MATRIMONIO 14 de febrero de 2014
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