Segundo domingo de Adviento: Juan Bautista nos lleva a Jesús
Francisco Díaz S.J. comenta el Evangelio de este segundo domingo de Adviento. La figura de Juan el Bautista está en el centro del relato, quien con su vida, nos lleva a Jesús; Juan es el Mensajero que declara: “Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias”.
Es interesante que los muchos que
acudían a él, poco les importaba que predicara en el desierto y que viviera en
un lugar apartado y selvático. Juan no huye de las multitudes, sino que les
ofrece la oportunidad a los pecadores de recorrer ese camino de
arrepentimiento.
Enfrentarse con la propia verdad
En cierto sentido Juan el Bautista no
adorna ni esconde la verdad. La gente lo busca porque encuentra en sus palabras
al que habla la verdad, al que muestra el camino correcto.
Juan Bautista nos ofrece una gran
lección a todos nosotros, hombres y mujeres de fe, quienes en vez de enfrentar
con valentía nuestros pecados, los escondemos o justificamos. Es probable que
en este tiempo de Adviento debamos salir de nuestra propia imagen y buscar al
Bautista en el desierto. Quizá, debamos armarnos de valor y arrepentirnos del
mal que hacemos a otros o a nosotros mismos.
Disminuir para que centremos nuestra
mirada en Jesús
He mencionado que el Evangelio resalta a
Juan el Bautista, pero, como si de una gran lección de humildad se tratara, el
Bautista elige disminuir y salir de la escena para que todas nuestras miradas
se fijen en Jesucristo. Para que veamos las obras y escuchemos las palabras de
quien nos bautizará con el Espíritu Santo.
Juan el Bautista nos enseña el camino de
Aquel que ha de venir. Que nuestra espera sea gozosa y llena de
esperanza.
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