26 – Enero. Martes de la III
semana del tiempo ordinario
Evangelio según Marcos 3,
31-35
En aquel tiempo, llegaron la
madre de Jesús y sus hermanos y, desde fuera, lo mandaron llamar.
La gente que tenia sentada alrededor le dice:
«Mira, tu madre y tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan».
Él les pregunta:
«¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?».
Y mirando a los que estaban sentados alrededor, dice:
«Estos son mi madre y mis hermanos. El que haga la voluntad de Dios, ése es mi
hermano y mi hermana y mi madre».
PALABRAS DEL SANTO PADRE
Esta petición de Jesús es siempre
válida. Siempre debemos orar al “dueño de la mies”, que es Dios Padre, para que
envíe obreros a trabajar en su campo, que es el mundo. Y cada uno de nosotros
lo debe hacer con un corazón abierto, con una actitud misionera; nuestra
oración no debe limitarse solo a nuestras peticiones, a nuestras necesidades:
una oración es verdaderamente cristiana si también tiene una dimensión
universal. ÁNGELUS 7 de julio de 2019
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