28 – Enero. Jueves de la III
semana del Tiempo Ordinario
Evangelio según Marcos 4,
21-25
En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: “¿Acaso se enciende una vela para meterla debajo de una olla o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero? Porque si algo está escondido, es para que se descubra; y si algo se ha ocultado, es para que salga a la luz. El que tenga oídos para oír, que oiga”.
Siguió hablándoles y les dijo: “Pongan atención a lo que están oyendo. La misma medida que utilicen para tratar a los demás, esa misma se usará para tratarlos a ustedes, y con creces. Al que tiene, se le dará; pero al que tiene poco, aun eso poco se le quitará”.
PALABRAS DEL SANTO PADRE
Hermanos
y hermanas, las balanzas del Señor son diferentes a las nuestras. Pesa de
manera diferente a las personas y sus gestos: Dios no mide la cantidad sino la
calidad, escruta el corazón, mira la pureza de las intenciones. Esto significa
que nuestro “dar” a Dios en la oración y a los demás en la caridad debería huir
siempre del ritualismo y del formalismo, así como de la lógica del cálculo, y
debe ser expresión de gratuidad, como hizo Jesús con nosotros: nos salvó
gratuitamente, no nos hizo pagar la redención. Nos salvó gratuitamente. Y
nosotros, debemos hacer las cosas como expresión de gratuidad. ÁNGELUS 11
de noviembre de 2018
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