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Phill Magakoe / AFP |
Una situación que resumió con estas palabras: «El
mundo está al borde de un fracaso moral catastrófico».
«Tengo que ser franco. El mundo está al borde de
un catastrófico fracaso moral y el precio de este fracaso se pagará con vidas y
medios de sustento en los países más pobres del mundo», declaró.
Ghebreyesus criticó la actitud del «yo primero» de
las naciones ricas; y también criticó a los fabricantes de vacunas por
«perseguir la aprobación regulatoria en los países ricos, en lugar de enviar
sus datos a la OMS para dar luz verde al uso de vacunas a nivel mundial».
Frente a países que han comprado dosis suficientes
como para vacunar cinco veces a su población, como es el caso de Canadá; hay países
como Guinea, que «sólo se han administrado 25 dosis en un país de ingresos más
bajos. No 25 millones; no 25.000; sólo 25».
El director general de la OMS lanzó este reto:
“Mi desafío para todos los Estados Miembros es
garantizar que para cuando llegue el Día Mundial de la Salud, el 7 de abril,
las vacunas COVID-19 se estén administrando en todos los países, como símbolo
de esperanza para superar tanto la pandemia como las desigualdades que acechan,
la raíz de tantos desafíos de salud mundial. Espero que esto se haga realidad”,
expresó.
Al final, estas acciones egoístas de los países
ricos, «solo prolongarán la pandemia, las
restricciones necesarias para contenerla y el sufrimiento humano y económico«,
añadió.
África se
queda fuera
La OMS confirma así la denuncia,
hace un mes, de la coalición People’s Vaccine Alliance: las
naciones ricas, que representan el 14% de la población mundial, hayan acaparado
el 53% de las vacunas.
La alarma ya había sido lanzada a finales de
diciembre de 2020 desde Nairobi. En declaraciones recogidas por Reuters,
John Nkengasong, presidente del Africa Centres for Disease Control and
Prevention, advertía que si se dejaba a África sin acceso a
las vacunas, las consecuencias serían catastróficas.
La pandemia, de hecho, avanza a ritmo alocado en
el continente, sobre todo por la nueva cepa detectada en Sudáfrica, mucho más
contagiosa: En las últimas semanas de 2020, el aumento de contagios crecía en
un 19%, y el de muertes, en un 26%, según datos del CDC.
En unas duras declaraciones, Nkengasong criticó
que algunas naciones ricas hayan comprado vacunas como para inmunizar varias
veces a sus poblaciones, mientras que con un poco de suerte, algunos países
africanos verán la vacuna a finales de 2021.
Papa
Francisco ya lo advirtió
Desde el Vaticano, ya en marzo de 2020, el Papa
Francisco creó una Comisión vaticana COVID-19. El fin de la misma es el
análisis y la reflexión respecto a los desafíos socioeconómicos del futuro y la
propuesta de criterios para afrontar la pandemia.
Esta Comisión, en diciembre, emitió un documento en
el que advertía a los líderes mundiales que «las vacunas deben proporcionarse a
todos de manera justa y equitativa, dando prioridad a los más necesitados».
En su mensaje Urbi et Orbe de Navidad,
Papa Francisco volvía a lanzar la misma advertencia al mundo: «si existe la
posibilidad de curar una enfermedad con un medicamento, éste debería estar al
alcance de todos, de lo contrario se comete una injusticia».
«El virus se difunde sin freno, pero no somos
capaces de dar una respuesta conjunta», denunciaba el Papa Francisco el 20 de
noviembre, al recibir en audiencia a un grupo de sacerdotes.
En declaraciones a la emisora italiana TG5, el
Papa reiteraba, respecto al acceso universal a las vacunas: «llegó el momento
de pensar en el nosotros y borrar el yo por un período de tiempo, ponerlo entre
paréntesis. O nos salvamos todos con el ‘nosotros’ o nadie se salva».
Inma Álvarez
Fuente:
Aleteia