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Johannes Vermeer | Public Domain | Wikicommons |
«En la casa de Betania, el Señor Jesús experimentó el
espíritu familiar y la amistad de Marta, María y Lázaro, y por eso el Evangelio
de Juan afirma que los amaba». Así argumentó la Congregación para el Culto
Divino y la Disciplina (CCDD) de los Sacramentos el motivo por el cual se firmó
este nuevo decreto sobre la celebración de los santos Marta, María y
Lázaro en el Calendario Romano General.
Identidad de María ya resuelta
Asimismo, se rememora que «la tradicional incertidumbre de
la Iglesia latina sobre la identidad de María – la Magdalena, a la que se
le apareció Cristo tras su resurrección, la hermana de Marta, la pecadora a la
que el Señor perdonó sus pecados -, que motivó la inscripción únicamente de
Marta el 29 de julio en el Calendario Romano, se ha resuelto en estudios y
tiempos recientes, como testimonia el actual Martirologio Romano, que también
conmemora a María y Lázaro en ese mismo día».
«Por ello, considerando el importante testimonio evangélico
que dieron al hospedar al Señor Jesús en su casa, al escucharlo atentamente, al
creer que él es la resurrección y la vida», el Papa los inscribió en el
Calendario Romano.
La memoria
La memoria de los santos Marta, María y Lázaro «deberá
aparecer con esta denominación en todos los Calendarios y Libros litúrgicos
para la celebración de la Misa y la Liturgia de las Horas». Se lee en el
decreto firmado por el Prefecto de la CCDD, el cardenal Robert Sarah.
«Las variaciones y añadidos que han de ser adoptados en los
textos litúrgicos, adjuntos al presente decreto, deben ser traducidos,
aprobados y, después de la confirmación de este Dicasterio, publicados por las
Conferencias Episcopales», informó el secretario de la CCDD, el arzobispo
Arthur Roche, que también firmó el documento con la decisión papal.
El papa Francisco al explicar el Evangelio (cf. Juan 11,
1-45) sostuvo que «Jesús podría haber evitado la muerte de su amigo Lázaro,
pero quiso hacer suyo nuestro dolor por la muerte de nuestros seres queridos y,
sobre todo, quiso mostrar el dominio de Dios sobre la muerte» (Ángelus 29.03.2020).
«En este pasaje del Evangelio vemos que la fe del hombre y
la omnipotencia de Dios, el amor de Dios, se buscan y, finalmente, se
encuentran. Es como un doble camino: la fe del hombre y la omnipotencia del
amor de Dios se buscan y finalmente se encuentran. Lo vemos en el grito de
Marta y María y todos nosotros con ellas: “¡Si hubieras estado aquí!…”.
Y la respuesta de Dios no es un discurso, no, la respuesta
de Dios al problema de la muerte es Jesús: “Yo soy la resurrección y la vida…
¡Tened fe! En medio del llanto seguid teniendo fe, aunque la muerte parezca
haber vencido. ¡Quitad la piedra de vuestro corazón! Que la Palabra de Dios
devuelva la vida allí donde hay muerte”, dijo Francisco.
Fuente: ACI Prensa