13 – Febrero. Sábado de la V semana del Tiempo Ordinario
Evangelio según Marcos 8, 1-10
Por aquellos días, como de nuevo se había reunido mucha
gente y no tenían qué comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:
«Siento compasión de la gente, porque llevan ya tres días
conmigo y no tienen qué comer, y si los despido a sus casas en ayunas, van a
desfallecer por el camino. Además, algunos han venido desde lejos».
Le replicaron sus discípulos:
«¿Y de dónde se puede sacar pan, aquí, en despoblado, para
saciar a tantos?».
«¿Cuántos panes tenéis?».
Ellos contestaron:
«Siete».
Mandó que la gente se sentara en el suelo y tomando los siete panes, dijo la
acción de gracias, los partió y los fue dando a sus discípulos para que los
sirvieran. Ellos los sirvieron a la gente.
Tenían también unos cuantos peces; y Jesús pronunció sobre ellos la bendición,
y mandó que los sirvieran también.
La gente comió hasta quedar saciada y de los trozos que sobraron llenaron siete
canastas; eran unos cuatro mil y los despidió; y enseguida montó en la barca
con sus discípulos y se fue a la región de Dalmanuta.
PALABRAS DEL SANTO PADRE
"La tentación te lleva a esconderte del Señor y te
quedas con tu culpa, con tu pecado, con tu corrupción, lejos del Señor. En ese
momento se necesita la gracia de Jesús para volver y pedir perdón, como hizo el
hijo pródigo. Por eso, en la tentación no se dialoga, se reza: 'Ayúdame Señor,
que soy débil. No quiero esconderme de ti'. Esto es valor, esto es vencer. Si
empiezas a dialogar acabarás vencido, derrotado. Que el Señor nos dé la gracia
y nos acompañe en esta valentía y si fuéramos engañados por la tentación debido
a nuestra debilidad, pidámosle que nos dé el valor para levantarnos de nuevo y
seguir adelante. Para esto vino Jesús, para esto". (Santa Marta 10 de
febrero de 2017)
Vatican News