“La Cuaresma es un tiempo para creer, es decir, para recibir a Dios en nuestra vida y permitirle ‘poner su morada’ en nosotros”, dijo el Papa
![]() |
| Imagen referencial. Procesión del miércoles de ceniza en 2017. Foto: Vatican Media |
Así lo escribió el Santo Padre en su mensaje para la Cuaresma 2021
titulado: “Miren, estamos subiendo a Jerusalén... (Mt 20,18). Cuaresma: un
tiempo para renovar la fe, la esperanza y la caridad” publicado por el Vaticano
el 12 de febrero.
“La Cuaresma es un tiempo para creer, es decir, para recibir a
Dios en nuestra vida y permitirle ‘poner su morada’ en nosotros”, dijo el Papa.
Además, el Santo Padre subrayó que “el ayuno vivido como
experiencia de privación, para quienes lo viven con sencillez de corazón
lleva a descubrir de nuevo el don de Dios y a comprender nuestra realidad de
criaturas que, a su imagen y semejanza, encuentran en Él su cumplimiento”.
“El ayuno, la oración y la limosna, tal como los presenta Jesús
en su predicación, son las condiciones y la expresión de nuestra conversión.
La vía de la pobreza y de la privación (el ayuno), la mirada y los gestos de
amor hacia el hombre herido (la limosna) y el diálogo filial con el Padre (la
oración) nos permiten encarnar una fe sincera, una esperanza viva y una
caridad operante”, destacó el Papa.
Asimismo, el Santo Padre invitó a “vivir una Cuaresma de caridad que
quiere decir cuidar a quienes se encuentran en condiciones de sufrimiento,
abandono o angustia a causa de la pandemia de COVID-19” y añadió que “en un
contexto tan incierto sobre el futuro, recordemos la palabra que Dios dirige a
su Siervo: ‘No temas, que te he redimido’, ofrezcamos con nuestra caridad una palabra
de confianza, para que el otro sienta que Dios lo ama como a un hijo”.
De este modo, el Papa señaló que “la caridad es don que da sentido
a nuestra vida y gracias a este consideramos a quien se ve privado de lo
necesario como un miembro de nuestra familia, amigo, hermano”.
“Lo poco que tenemos, si lo compartimos con amor, no se acaba
nunca, sino que se transforma en una reserva de vida y de felicidad… Así sucede con nuestra limosna,
ya sea grande o pequeña, si la damos con gozo y sencillez”, explicó el Papa.
El Santo Padre también exhortó a que esta Cuaresma sea “un tiempo
de conversión” para renovar la fe y dijo que “acoger y vivir la Verdad que se
manifestó en Cristo significa ante todo dejarse alcanzar por la Palabra de
Dios, que la Iglesia nos transmite de generación en generación”.
En este sentido, el Papa señaló que “esta Verdad no es una
construcción del intelecto, destinada a pocas mentes elegidas, superiores o
ilustres, sino que es un mensaje que recibimos y podemos comprender gracias a
la inteligencia del corazón, abierto a la grandeza de Dios que nos ama antes
de que nosotros mismos seamos conscientes de ello”.
“Queridos hermanos y hermanas: Cada etapa de la vida es un tiempo
para creer, esperar y amar. Este llamado a vivir la Cuaresma
como camino de conversión y oración, y para compartir nuestros bienes, nos
ayuda a reconsiderar, en nuestra memoria comunitaria y personal, la fe que
viene de Cristo vivo, la esperanza animada por el soplo del Espíritu y el
amor, cuya fuente inagotable es el corazón misericordioso del Padre”, indicó
el Papa.
Para leer el mensaje completo del Papa Francisco, haga click AQUÍ.






